En Sudamérica el río Loa, nace a los pies de los volcanes Miño y Aucalquincha, cerca del cerro Pabellón del inca en los 21° de latitud sur. El cordón montañoso de Chuquicamata en Chile, hace que las aguas que nacen en Los Andes corran todas hacia el sur, y una rama de la cordillera que va de los volcanes Ollagüe a Licancabur, evita que muera en los salares altiplánicos. Entre estas dos cadenas de montañas, el río Loa recorre encajonado las alturas de la puna salada del desierto de Atacama, unos de los más grandes del mundo.
Durante los 440 kilómetros que recorre desde el altiplano hasta el océano pacífico, surcando el desierto, se nutre de otros cursos de agua, como los ríos Inacaliri, Salado y el San Salvador. En caudal, el más importante es el Río Salado, que desemboca sus salobres aguas en el Loa justo al sur del poblado de Chiu-chiu, en un lugar conocido como "La junta de los ríos", lugar en donde el Loa ya ha comenzado a tomar dirección al poniente.
A esta altura, a poco más de 2.200 msnm, el río Loa ya se muestra menos encajonado, y se abre formando los oasis de Lasana, Chiu chiu y Calama. Después de Calama vuelve a encajonarse y sólo se abrirá considerablemente para formar el oasis de Quillagua. El río San Salvador, se une al Loa en Chacance, cerca del poblado de María Elena, después de correr casi paralelamente al Loa 56 kms de desierto. Justo después de este punto, el Loa comienza a tomar rumbo norte y lo hará por 80 kms, hasta el poblado de Quillagua, en donde comienza a virar hacia el poniente en busca del mar, atravesando la cordillera de la costa para desembocar en la Caleta Huelén, antiguamente llamado Puerto Loa.
Este río, que hoy la excesiva y desconsiderada actividad minera en la zona, lo tienen disminuido y contaminado, que para alguien de otra zona puede ser sólo un arroyo o un riachuelo, surca desde hace miles de años la pampa andina, permitiendo la vida, agricultura y el asentamiento humano en el desierto más árido del planeta. Por siglos se benefician de sus afluyentes, caravaneros andinos y luego los viajeros históricos.
El mismo Pedro de Valdivia tuvo una pausa en su expedición iniciada desde El Cuzco a Chile, en la que atravesó en gran desierto de Atacama. Gracias a sus aguas, salvo la vida y la de sus hombres, al cobijarse en 1540 en la actual localidad llamada San Pedro de Atacama en donde existe una placa que indica: “Francisco de Aguirre construyó esta casa por orden de Pedro de Valdivia antes de su llegada en San Pedro de Atacama en junio de 1540”. Para poder alimentarse, los colonos tuvieron que convertirse en campesinos: «Todos cavábamos, arábamos y sembrábamos en su tiempo», recordaría Valdivia. Esta actividad imposible sin la presencia del río Loa.
Este río, que se deslinda timidamente en el desierto con un caudal tan exiguo que en algunos sectores del mismo, es posible cruzarlo con un salto, es de los más importantes y valiosos del mundo. Para los que amamos la vida en el desierto de Atacama en Chile, es un deber defenderlo y un privilegio vivir en su cercanías.
