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Desde esta balconada hice la anterior fotografía de la Plaza de Santiago.
Es un palacio del siglo XII, que posée dos torres fortaleza y un magnífico patio con columnas de mármol. Destacan sus techos de artesonados en madera policromada.
Esta iglesia era una mezquita y se transformó en la iglesia del Convento de Santiago en el siglo XVI. En el subsuelo del patio se conservan unos baños árabes, que no se pueden mostrar porque las monjas son de clausura.
Este es el barrio donde yo vivo.
Estas cuevas que han perdido su fachada, eran tumbas en la época en que Guadix era Julia Gemela Acci (ciudad íberoromana). Por esto el gentilicio de la gente de aquí es "accitanos". Toda la comarca se encuentra encerrada entre tres Parques Naturales y recibe el nombre de Accitania.
P.D:ME HA VUELTO A PASAR LO DE LA FOTO TUMBADA.¡POBRE SARA Y SU BUENA VISTA!
COMO NO HAY MODO DE CAMBIARLA, PUES ASÍ SE QUEDA.
Aquí las pequeñas y fin de mi familia.
Sin testigos que yo no quiero que Jesús se me moleste. Yo solo creo que los dos señores del chiste son andaluces y por consiguiente muy exajerados.
Ahora uno de un inglés, un francés y un andaluz, los tres cirujanos:
Cuenta el inglés que le colocó un antebrazo completo a un accidentado y que en la actualidad era campeón de tenis.
El francés replica. ¡Eso no es nada comparado con mi operación de una pierna completa al actual campeón del mundo en marcha!
El andaluz, salta entonces con que los dos tenían menos mérito que él, porque había implantado un melón en lugar de una cabeza a un señor que lleva 20 años siendo Presidente de la Junta de Andalucía.
¡Como tratamos a los pobres políticos!
Aquí mis dos mayores y un chiste de un andalúz lascivo:
Un testigo de Jehová se sienta junto a un andaluz en un vuelo
Sevilla-Tenerife.
Cuando el avión ha despegado empiezan a repartir bebidas a los
pasajeros.
El andaluz pide un cubatita de ron (Pampero para más seña)
La azafata le pregunta al testigo de Jehová si quiere beber algo.
Contesta el testigo de Jehová con mal tono:
Prefiero ser raptado, violado y abducido
salvajemente por una docena de furcias de Babilonia antes que una
gota de alcohol toque mis labios'.
El andaluz le devuelve el cubata a la azafata y dice:
Yo también. No sabía que se pudiera elegir