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El mar núnca a sido traicionero;
es el hombre que intenta dominarlo;
se hace llamar el "Marinero",
¡Pero jamás podrá lograrlo!
El mar es como un niño juguetón,
con muchos juguetes es su cuna;
que a veces nos pega un manetón,
pero sin intención de herida alguna.
Es el hombre que no le da respiro,
llenando su vientre de basura;
debiera ser azul como el zafiro,
digno pañal para envoltura.
Pulmones de nosotros es el mar;
sirviendo de vestido a la tierra;
y mientra el hombre lo piensa dominar,
en realidad el mar, (¡Ya nos encierra!).