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Es igual que reír dentro de una campana:
sin el aire, ni oírte, ni saber a qué hueles.
Con gesto vas gastando la noche de tu cuerpo
y yo te transparento: soy tú para la vida.
No se acaban tus ojos; son los otros los ciegos.
No te juntan a mí, nadie sabe que es tuya
esta mortal ausencia que se duerme en mi boca,
cuando clama la voz en desiertos de llanto.
Brotan tiernos laureles en las frentes ajenas,
y el amor se consuela prodigando su alma.
Todo es luz y desmayo donde nacen los hijos,
y la tierra es de flor y en la flor hay un cielo.
Solamente tú y yo (una mujer al fondo
de ese cristal sin brillo que es campana caliente),
vamos considerando que la vida..., la vida
puede ser el amor, cuando el amor embriaga;
es sin duda sufrir, cuando se está dichoso;
es, segura, la luz, porque tenemos ojos.
Pero ¿reír, cantar, estremecernos libres
de desear y ser mucho más que la vida...?
No. Ya lo sé. Todo es algo que supe
y por ello, por ti, permanezco en el Mundo.
Geniales versos de mi paisana Carmen Conde.
¿Sabes? Carmen Conde y yo nacimos en el mismo pais (España), la misma ciudad (Cartagena) y ¡la misma calle! (calle de La Palma). Pero yo nunca la conocí.
Por cierto la foto también es genial.
Besos
Hoooola alopez amiguis
asias por tu visita
es lindo todo, pero el poema este
es distinto, tiene algo k te lleva a pensar
en muxas muxas cosas xDDD
te felicito
y te firmo
+besitoskilometrikos+