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La tarde más se oscurece
y el camino que serpea
y debilmente blanquea,
se enturbia y desaparece.
Mi cantar vuelve a plañir
aguda espina dorada,
¡ quien te pudiese sentir
en mi corazón clavada!
Y todo el campo
un momento
se queda mudo y sombrio,
suena el viento
en los álamos del rio... (A.M)
bonito a tardecer lastima que lo que es del hombre sobra un saludo miguel