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Cada pétalo late con la ansias
de poser el amor
o dejarlo pasar.
El primer pétalo lo elegimos
El último es lo que la vida nos da.
¿Hubo un Jardín o fue el Jardín un sueño?
Lento en la vaga luz, me he prenguntado,
casi como un consuelo, si el pasado de que este Adán, hoy mísero, era dueño,no fue sino la mágica impostura de aquél Dios que soñé. Ya es impreciso en la memoria el claro Paraíso, pero yo sé que existe y perdura, aunque no para mi. La terca tierra es mi castigo y la incestuosa guerra de Caínes y Abeles y su cría.
Y, si embargo, es mucho haber amado, haber sido feliz, haber tocado el viviente Jardín, siquiera un día.
Autor. Jorge L. Borges
Poema: ADAM CAST FORTH