Ayer mis ojos se ocultaban para amarte,
son los reflejos de lo que guardaba mi alma,
sin descubrir ese amor que iba a entregarte
con la mirada dulcemente en calma.
Fueron mis ojos fuego ardiente en el desierto,
entre suspiros desnudando el sentimiento,
he visto tu mirada al atracar en mi puerto,
donde pasiva te sentía con miramiento.
Siempre esperé verme en tus ojos reflejada
y conocer lo que llevas anclado en tu ser,
tus pasiones acudiendo en la madrugada,
los secretos que me has sabido esconder.
Porque la mirada que te entrego es fiel,
no se es indiferente a un amor puro y sincero,
siente mis ojos en los tuyos como la piel,
impregnados de un sentir verdadero.
Son mis ojos las ventanas que te gritan amores,
aventurados al rechazo de tus instantes inciertos,
ámalos que ellos aman los tuyos con dolores,
porque te necesito cerca, alejando mis desiertos.
