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Todo está en tu vientre, titánico el poder de las caderas, la inminencia del caos en lo divino
Mi corazón dejó de latir cuando me dijiste que tus bolsillos estaban más llenos que mi vida. No estoy hecha de letras. Se borraron mis colores. Vacía.
Son sentimientos que me llevan a ti. Son promesas a nuestras voluntades. Son ojos cerrados a la tristeza. Son anhelos de realidades. Son luces de placeres. Son amores contigo y amores para ti
El silencio se mueve a cámara lenta para que hoy puedas abrir el cielo para ti. La imaginación patina lo suficiente como par que no quepa en tu folio usado, solo aquí donde trazar es inncesario. Los nudos del pasado se reparten, se esconden en cada arruga de la cama. Se olvidan. Se tumban sobre el silencio, sobre el corazón- piedra que rompe su cáscara y esperan a que explote
Tapáme los ojos, hace frío detrás de las ventanas. Tapáme los ojos, no sé qué hacer con este frío que se disuelve sobre mi cuerpo algunas noches
Entrelazaban sus piernas con timidez buscándose en las retinas sin pulso. Ella envolvía sus manos con su piel y su corazón tiritaba con los impulsos
Tú alma. La mía. Ligadas. Soldadas. Conectadas. Anunadas. Enlazadas. Mezcladas. Se unen. Se encuentran. Se enredan. Se miden. Insisten, en soñarse
Me recuerdas a un poema que no logro recordar, una canción que nunca existió y un lugar al que jamás habría ido