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Y entre la gente caían aves muertas que no sabían nada de resurrecciones y tú no dejabas de mirarme como pidiéndome explicaciones. Y al final nunca supe si entendiste o no, que las aves mueren porque el viento trae pólvora entre sus pliegues. Somos aves, me dijiste. Somos viento, te dije
somos aves y viento a la vez, somos todo lo que queramos ser
Yo también pienso lo mismo , todos somos parte de ave y parte de viento y parte de todo . Me sigo sintiendo muy bien en vuestro cálido rinconcito dónde se respira paz y armonía . Un abrazo