Camino de Caravaca de la Cruz (20). La Reliquia

Imagen: Relicario de la Vera Cruz de Caravaca

Concluida la Eucaristía, el sacerdote procede a impartir la bendición con la Vera Cruz, e inmediatamente la da a besar a los peregrinos.

Como se indicaba en una actualización anterior, estamos ante un "Lignum Crucis". Dos astillas del Santo Leño, que Santa Elena identificara como verdadera Cruz de Cristo, que se conservan en un relicario con forma de cruz patriarcal de doble brazo horizontal (de 7 cm el superior y de 10 cm el inferior) y de uno vertical (de 17 cm).

La dimensión del relicario corresponde, como es lógico, al tamaño que originariamente tenía la primitiva cruz guardada en el interior. No debe, pues, confundirse el relicario exterior con la reliquia interior, que es el verdadero objeto de culto y de amor de los fieles.

Al besar la cruz, se besa el símbolo supremo del Amor de Cristo. Se besa la Cruz como máxima expresión de amor, de paz, de justicia, de fraternidad.

Con el beso a la Vera Cruz de Caravaca, concluye la peregrinación jubilar. Nos queda un recorrido por la ciudad de Caravaca, antes de emprender el regreso al lugar de origen