Cartageneros: Petronila Fajardo

En aquella sociedad del siglo XVI, las mujeres solían dividirse en "buenas", "putas" y "otras mujeres", apartado este últimos en que entraban aquellas que sin ser buenas, tampoco eran prostitutas públicas, como podían ser las mancebas de clérigos, solteras vinculadas a un soltero con el que formaban una pareja "fornicadora pero no adultera" o casadas y viudas que recibían en sus casas visitas de algún galán enamorado. 

Era un tiempo en que la prostitución no solo se toleraba sino que se consideraba como un auténtico "servicio público", que institucionalizan y fiscalizan. Se pensaba, además, que evitaba la deshonra de las mujeres honestas, los abarragamientos, la prostitución clandestina y la sodomía

En una ciudad portuaria como Cartagena, donde atracaban  barcos con marineros de todo el Mediterráneo, este servicio no podía faltar en el entorno del puerto. Y aquí es donde conocemos a Petronila Fajardo, quien regentó varias mancebías en la ciudad. Consta que entre los años 1562 y 1565, pagaba 600 maravedíes anuales al Ayuntamiento, por tener abiertas estas casas.

En 1599, su hijo, Juan Vázquez, se dirige al Ayuntamiento solicitando construir sus mancebías en el "sitio viejo" (cercano a la Catedral Antigua). Tras la negociación que se realiza con los representantes municipales, Luis de Morales, Lope de Giner, pagador de las Armadas Reales, Pedro Garri y Andrés de la Xara, alcaide del castillo, se le concedió permiso para hacerlas en la actual calle de la Morería, lugar que se quería repoblar, y en el que poco después construyó su casa el regidor de la ciudad, Pedro Márquez de Rueda.

Imagen: Burdel (J. Beuckelaer, 1562)