Conociendo nuestra tierra: Santa Eulalia de Totana

Santa Eulalia de Mérida fue una joven martirizada por su fe cristiana en  tiempos del emperador Diocleciano, hacia el año 304. Su memoria quedó viva en la comunidad cristiana y el poeta calagurritano Aurelio Prudencio Clemente (348-410), le cantó en su obra "Peristephanon". Testimonios elocuentes del culto a la mártir fueron San Agustín, Hidacio, obispo de Chaves, San Isidoro, o San Gregorio de Tours. Actualmente es la única santa española de los primeros siglos que ha quedado vigente en el santoral litúrgico, siendo su festividad el 10 de diciembre.

Tras la Reconquista, Totana fue confiada por Alfonso X el Sabio en 1257 a la Orden Militar de Santiago y a su maestre Pelay Pérez Correa, personaje vinculado con la ciudad de Mérida, quien extendió la devoción a esta santa por estas tierras, levantándose una primitiva ermita, sobre la que en el siglo XVI se levanta el Santuario, ubicado en un bello paraje en las faldas de Sierra Espuña.

La Iglesia es de estilo toscano con cubierta a dos aguas, con techo de madera y un precioso artesonado mudéjar. En el interior, el retablo barroco del altar mayor, donde se encuentra la imagen de la Santa, es obra de Jerónimo Caballao y esta fechado en el año 1717. Llama poderosamente la atención el conjunto pictórico que debemos al pintor Juan Ibáñez que residió en Totana durante las primeras décadas del siglo XVII, aunque es posible que otras manos trabajaran en este conjunto. Algunos autores han querido ver la intervención de Fray Antonio Bernón un franciscano que residió en el monasterio de Santa Ana de Jumilla y que falleció en 1630.

Las edificaciones anexas cuentan con un Museo, tienda de artículos religiosos, Oficina de Información del Paraje y el Hotel Monasterio de Santa Eulalia.