Contaminación

Terminamos nuestro viaje y regresamos a la vida ordinaria. Y desgraciadamente encontramos que nada ha mejorado; continúan los horrores de la guerra, continúa el alza exponencial de los precios, en nuestra región seguimos incomunicados por ferrocarril y preguntándonos cuando será el próximo episodio de anoxia en el Mar Menor.

El tema del Mar Menor alteraría al Santo Job. Ayer miércoles, el consejero de Agua, Agricultura, Ganadería, Pesca y Medio Ambiente de la Región de Murcia, Antonio Luengo, afirmó que la entrada de aguas cargadas con nitratos a la laguna salada procedentes de la rambla del Albujón se duplicó en el último año y medio.

¿Y qué hacen nuestros políticos? ABSOLUTAMENTE NADA. Se echan la culpa unos a otros hablando de competencias, en tanto un ecosistema único parece fatalmente destinado a su destrucción total. Cuando sus  orillas vuelvan a llenarse de peces muertos, que no venga ningún político, ni de Murcia, ni de Madrid a soltar una lagrimita de cocodrilo mientras se hace la foto para la prensa. ¡HIPÓCRITAS!

Algo parecido deben pensar los habitantes y hasta los perros del barrio Los Puentes, en Mosquera, Colombia, cuando ver pasar por sus calles esa espuma blanca y tóxica procedente del río Balsillas, cuya causa la encontramos en los detergentes y otras sustancias químicas que se vierten a las aguas y que se mezclan con la gran cantidad de materia orgánica que también está presente en el río. Solo tenemos que fijarnos en la mirada triste e impotente de todos ellos. Como se dice por aquí, en todas partes cuecen habas.

Imagen de AP