Desfile de Carnaval

Escribía Cervantes en el Quijote aquello de "... y allí, puesto Sancho en mitad de la manta, comenzaron a levantarle en alto y a holgarse con él como con perro por carnestolendas." aludiendo, sin duda, a la costumbre del manteo de perros y peleles en el carnaval de aquel entonces.

Porque las celebraciones de Carnaval vienen de antiguo. Probablemente hunde sus raíces en las antiguas Saturnales romanas y en las celebraciones orgiásticas en honor a Baco, tan relacionadas a su vez con la finalización de la siembra de invierno, la cercanía del equinoccio de primavera. La llegada del cristianismo situó la fiesta en las fechas previas a la Cuaresma. El martes de Carnaval, se celebraba un banquete desenfrenado y la carne precisamente era un símbolo de estos excesos- previo al período de ayunos y abstinencias de la Cuaresma, un tiempo de purificación y penitencia que culmina en la Pascua.

El desarollo del Carnaval ha ido tomando distintas formas según los lugares. En España, por ejemplo, tenemos elementos diferenciales en los "Mamuxarros" del carnaval rural del pequeño pueblo de Unanua en Navarra o "Los Joaldunaks" que recorren con cencerros su camino para participar en el Carnaval entre los pueblos de Ituren y Zubieta en el País Vasco o los '' Txatxus '' del pequeño pueblo pirenaico de Lantz. 

Más usuales son el uso de máscaras, disfraces y vistosos trajes de plumas, como los que pudimos ver ayer en el desfile de Carnaval de Cartagena, que pese a una ligera lluvia, inundó de ritmo y colorido las calles de la ciudad.

Imágenes: PABLO SÁNCHEZ / AGM. Edición digital del diario La Verdad