El latido de las piedras

Tuve ocasión el pasado sábado de asistir a una visita guiada a la exposición "El latido de las piedras", en el Museo Arqueológico Municipal de Cartagena. De la mano de sus autores Néstor Giuliodoro e Isabel Martínez, pudimos recrear sus recorridos por el mundo antiguo a través de fotografías de obras de distintos museos y yacimientos, tanto de España como de Túnez, Portugal, Italia, Francia, Turquía, Reino Unido y Alemania.

Pero lo que realmente resultó interesante de esta exposición fue descubrir lo que cada una de esas obras de arte habían expresado a los atentos oídos de estos autores. Así, todas ellas aparecen asociadas a una frase, pensamiento o sentencia de un autor clásico. Es el latido de las piedras, el grito de cada una de esas obras artísticas de la antiuedad, a las que dan voz escritores como Catón y Cicerón, poetas como Virgilio y Horacio, autores teatrales como Plauto y Terencio, filósofos como Séneca o historiadores como Salustio.

Van apareciendo ante nosotros como fragmentos del retrato incompleto de un pasado perdido, pero que nos resultan imprescindibles para reconstruirlo y reflexionar sobre nuestro presente actual. Resulta, además, una invitación para que nosotros mismos cuando nos encontremos ante una obra de arte tratemos de escuchar ese mensaje que nos quiere transmitir. Posiblemente, si apagamos el móvil y aguzamos los sentidos, podremos sentir el latido de las piedras.

 "Cvi prodest scelus is fecit" (Lucio Anneo Séneca) Quien aprovecha el crimen. Ese es su autor. Altorrelieve de un templo. Museo Nacional Etrusco de Villa Giulia en Roma