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Treinta y tres días navegando por aquel Mare Tenebrosum con un destino impreciso; harto ya de comer puré de legumbres agusanadas, pan y algo de carne salada. En ocasiones un extra de queso. Treinta y tres días sin tocar a una mujer, sin atravesar el Puente de las Barcas para tomar unos vinos con los compadres en la sevillana taberna de la calle del Buen Rostro y sobre todo sin avistar tierra. La tripulación, inquieta, había dado un plazo de tres días, antes de dar media vuelta.
Rodrigo, andaluz de Lepe y domiciliado en Triana, hacía guardia aquella noche en la proa de La Pinta. La Luna, a punto de entrar en cuarto menguante, aún irisaba con sus reflejos la cara del agua. La mar calmada parecía incrementar su tristeza. El valor de aquellos hombres no podía ser puesto en duda, pero la situación era límite. Rodrigo alzó los ojos al cielo al tiempo que su mano derecha apresaba la puñeta que colgaba en su pecho. Como buen marinero sabía que el azar siempre juega. Y él tenia cierta fe en la eficacia de aquel amuleto.
Hacía casi seis horas que se había puesto el sol. Rodrigo se puso en pie y apretó con fuerza la puñeta. Sus ojos recorrieron el horizonte de babor a estribor. Algo llamó su atención; algo como un punto de resplandor. La puñeta parecía palpitar en su mano. Aguantó la respiración y aguzó los sentidos para asegurarse de que estaba viendo lo que creía ver. Una lumbre, un contorno de litoral ... Echó un trago de su bota de vino y con voz, en principio temblorosa, gritó ¡Tierra!
Y unos segundos después con voz más firme volvió a gritar con toda su fuerza ¡TIERRA!.
Nota: Con el término puñeta se designa un amuleto de origen íbero, consistente en un puño cerrado, mostrando el pulgar entre los dedos índice y corazón, que se corresponde con la mano de la diosa Madre Primigenia y que posterirmente adoptaron los romanos conociéndose como "higa romana"
Texto. Redacción para Bazar de Letras de la Universidad Popular de Cartagena.
Imagen de Frobles: Estatua dedicada a Rodrigo de Triana ubicada en la calle Pagés del Corro de Sevilla
Una actualización extraordinaria con un texto magnífico que imagino tuyo.
Este Rodrigo de Triana sigue allí plantado a la entrada de la calle Pagés del Corro. En Sevilla. En Triana.
Un abrazo y buenas noches
maravillas10Hace una hora
Joaki-007Ayer a las 21:51
larocukyAyer a las 16:51
angela.69Ayer a las 15:43
violemivi05/02/2025