Los desiertos españoles

En España, podemos encontrar áreas que son auténticos vergeles y paisajes forestales de enorme belleza. Pero en paralelo también encontramos zonas áridas, donde el terreno, bien por la acción natural o por la acción humana ha ido erosionándose hasta ofrecernos una visión de paisaje desértico.

En la actualidad asistimos a un marcado proceso de desertificación en extensas áreas del sureste peninsular. Un claro ejemplo de todo esto lo podemos encontrar en la provincia de Almería. Allí podemos encontrarnos con el llamado “Desierto de Tabernas”, formado a lo largo de centenares de miles años por un fenómeno conocido como “erosión remontante”. O el área de Cabo de Gata, rodeada por el norte de cadena montañosa que impide la llegada de la lluvia e influida por las masas de aire cálido del Sáhara. Pero también el factor humano pone su granita de arena, como sucede en el Campo de Níjar, donde el boyante negocio de los invernaderos pasa una alta factura medioambiental, pues el abuso de uso de aguas subterráneas conlleva la salinización de la tierra. Los acuíferos se vacían a tanta velocidad que no pueden regenerarse. También la Región de Murcia o el Valle del Guadalquivir sufren fuerte presión medioambiental y pérdida de tierra fértil. No debemos olvidarnos de las Dehesas de Extremadura, donde la reducción de lluvias y la explotación ganadera debilitan su vegetación.

Existen otras áreas en España, como de “Desierto de los Monegros” en Aragón, un territorio de tierras salinas con temperaturas extremas, donde el paisaje convive con la actividad humana de 31 municipios. O las Bardenas Reales, en Navarra, declaradas Reserva de la Biosfera y donde los suelos de arcillas, yesos y areniscas, erosionados durante siglos por el agua y el viento han creado formas sorprendentes

Imagen de http://www.regmurcia.com/ : “Paisaje Lunar” de Gebas en la Región de Murcia.