Madona Sixtina

Imagen: Madona Sixtina, óleo sobre lienzo de Rafael Sanzio. Gemäldegalerie de Dresde.

El gran escritor ruso Fiodor Dostoievski (1821-1881), era un gran admirador del arte plástico. Pero principalmente había dos obras que le fascinaban: el Cristo muerto de Holbein en Basilea y La Madona Sixtina de Rafael en Dresde.

Cuando visitó Dresde, volvía una y otra vez a la Gemäldegalerie, donde permanecía horas inmóvil delante de ella. El último día colocó una silla delante del cuadro para poder estar todavía más cerca de la cara de la Virgen. Dijo de ella:“Comparada con esta obra maestra, las demás representaciones de la Virgen se parecen a esposas de panaderos o a otras mujeres vulgares y pequeño-burguesas”

Y es que si para los antiguos griegos la belleza divina se expresó en la Venus de Milo, Rafael Sanzio (1483-1520) la plasmó en esta Madonna. Pero es el cuadro en su conjunto el que ha de ser considerado como obra maestra.

A la izquierda vemos a San Sixto, quien pide a la Señora clemencia para los fieles (a los que señala con su dedo). Rafael pintó seis dedos en la mano derecha del Papa,representando que tenía un sexto sentido para interpretar sueños proféticos.

A la derecha vemos a Santa Bárbara quien, arrodillada, mira y controla a quienes terminarán siendo los personajes más recordados de la pintura: los querubines de la parte inferior.

Estos “putti”, que muestran el irresistible encanto de angelotes traviesos y aburridos, han sido redescubiertos recientemente por el mundo de la publicidad, apareciendo en tazas, servilletas, pantallas de lámparas....