Micerino : Un faraón en aguas españolas

Imagen: Tríada de Micerino (Museo Egipcio, El Cairo), dechado de belleza y perfección en piedra granítica. El rey, que está representado de pie, avanza un poco para destacarse de las otras figuras femeninas que le flanquean y que quedan en un plano posterior. Las tres figuras son paradigmas de juventud y hermosura, especialmente los cuerpos femeninos que están dotados de una sensualidad extraordinaria. Las formas se modulan insinuando los volúmenes rotundos que hay bajo la transparencia del vestido.

Micerino (siglo XXVI a.C.) fue un faraón egipcio, perteneciente a la IV dinastía del Imperio Antiguo. Conocido por su gran religiosidad, mandó construir la más pequeña de las pirámides de Gizeh.

En 1837, el coronel británico Vyce, descubrió en el desierto de Gizeh, la pirámide, llegando hasta la cámara y el sarcófago del faraón, que es extraído en 1838. Tras ello se decide el traslado de estos tesoros hasta Inglaterra, embarcando desde el puerto de Alejandría, en la goleta inglesa “Beatrice”. Pero los caprichos del destino, determinaron que el 10 de Octubre de 1839, al llegar frente a las costas de Cartagena se levantara un fuerte temporal, por lo que el capitán decidió buscar el refugio del puerto de Cartagena, pero la embarcación tocó con unos bajos rocosos que desgarraron el casco y provocaron su naufragio. Aunque la tripulación consiguió llegar a tierra, el sarcófago del faraón quedó enterrado para siempre en aguas de Cartagena.

De esta forma, casi 4.500 años después de su muerte, Micerino encuentra en Cartagena, su difinitiva pirámide subacuática, un apartado y tranquilo lugar para su descanso eterno, huyendo del propósito sacrílego de hacerlo llegar hasta el British Museum.