Murcios

El vulgo atribuye a Carlos III la frase “En mi ejército no quiero ni gitanos, ni murcianos ni gentes de mal vivir”. Frase, sin duda, apócrifa y a este respecto las Reales Ordenanzas de 1768 determinan:«La recluta ha de ser de gente voluntaria, sin mediar violencia ni engaño para hacerla, libre de accidentes habituales y sin oficio indecoroso ni extracción infame como mulato, gitano, verdugo, carnicero de oficio...».Nada, pues, acerca de los murcianos.

Por otra parte el término murciano sería confuso, ya que puede no hacer referencia a los habitantes de la ciudad del Segura sino que aludiría a los murcios, gentes que no ejercían otro oficio que el de murciar (hurtar o robar). Por tanto, en la antedicha frase, la alusión “murcianos” sería incorrecta pues debía ser “murcios”.

Vamos a examinar la cuestión lingüística, que en este caso es importante. Hay un término en latín que es "mus-muris" que significa ratón. En castellano antiguo el término “mur” significaba ratón. De ahí el viejo refrán, “Lo que has  de darle al mur, dáselo al miz”, siendo “miz” un término onomatopéyico referido al gato. Pero no olvidemos que en el lenguaje de nuestros días el término rata o ratero se aplica al ladrón.

O sea: mur=ratón=rata=ratero=ladrón=murcio. Y no hay ningún motivo para pensar que en Murcia hubiese más o menos ladrones que en cualquier otra parte del mundo. Y es que uno, que no es murciano sino cartagenero, siente la justicia de salvar el honor de nuestros vecinos de la Huerta.

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