Oficios que desaparecen: el sereno

Existieron entre los siglos XVIII al XX. El sereno era algo más que un vigilante nocturno. Era esa persona cercana a la que recurrías ante cualquier problema que surgiera durante la noche. Lo mismo si necesitabas algún fármaco o si necesitabas abrir el portón de tu casa habiendo perdido las llaves en una noche de farra. Y todos conocíamos el nombre del sereno de nuestro barrio. Yo recuerdo de joven llegar a Madrid ya avanzada la noche y recurrir al sereno para conseguir un alojamiento donde pernoctar.

Los serenos vivían de las aportaciones de los vecinos, por lo que no todos los barrios eran iguales y no todos los serenos obtenían las mismas retribuciones. Sus herramientas de trabajo eran un "chuzo", un nutrido manojo de llaves y un silbato con el que reclamar la ayuda de la policía o de otros compañeros. Claro que este silbato había que usarlo con prudencia, pues si abusaban de él, terminaban por no hacerle caso. De ahí la frase de "tomarlo por el pito del sereno" cuando a alguien se le ignora o no se le atiende.

Pero los tiempos cambian y hoy la seguridad nocturna se encomienda a los cuerpos de policía y las emergencias al 112. El sereno es ya una estampa del pasado.

Imagen de internet: Escultura del sereno en Castellón de la Plana.