oficios que desaparecen: leñador

Hubo un tiempo en que la madera y la leña eran de uso cotidiano no solo para la industria y la construcción, sino también para los domicilios donde alimentaban estufas y fogones. Los leñadores eran personas cercanas que ejercían una actividad sostenible y se ocupaban de escoger y preparar en el bosque los árboles que habían de cortar, y luego trasladar la leña al almacén o los troncos al aserradero.

Hoy, cuando la electricidad y los derivados del petróleo han sustituido a la madera y el carbón como combustibles, asistimos, por contra, a la masiva y suicida desforestación de los últimos grandes pulmones verdes del planeta practicada por las grandes multinacionales no con el hacha sino con potente maquinaria.

Remiscencia de aquella actividad son los deportes de competición de corta de troncos, populares en determinados lugares de distintos continentes. En España se practica como deporte federado en comunidades como Asturias, El Pais Vasco o Navarra donde se recuerdan nombres míticos de aizkolaris como “Keixeta”, “Arria” o “Luxia”, y muy especialmente “Santa Agueda”, protagonista de la primera “gran prueba” de aizkolaris de los tiempos modernos, celebrada en la plaza de toros de Azpeitia el día 27 de diciembre de 1903. Actualmente los ídolos llevan el nombre de Mendizabal, Arrospide, Larretxea, Olasagasti y, en especial, el navarro Mikel Mindegia. Y no son únicos porque ahí está la figura del australino Brad Delosa que con dos títulos mundiales ha pulverizado todos los registros.

Imagen: "El leñador", óleo sobre lienzo de Ferdinand Hodler (1853-1918). Museo de Arte de Sao Paulo