¿Pasado o futuro?

"Siempre estamos huyendo, desengáñate. La diferencia, lo que nos convierte en viejos, es que nosotros huimos hacia atrás y los jóvenes huyen hacia delante" (Víctor del Árbol, "Por encima de la lluvia")

Le podemos llamar huida o sencillamente horizontes. Lo cierto es que los jóvenes tienen un futuro por delante, todo un camino por recorrer y un libro por escribir. Por eso su mirada es siempre hacia delante.
Pero y los viejos ¿cúal es nuestro horizonte?, ¿acaso solo nos queda un permanente revivir nuestro pasado, un contínuo recordar páginas alegres o tristes de nuestra vida?. Eso, efectivamente, sería una huida hacia atrás. Un querer y no poder reescribir nuestra propia historia. Un convivir con nuestros fantasmas. Una renuncia a vivir nuestra edad madura en plenitud sin los condicionantes del pasado. Un sentarse en un banco del parque esperando que llegue el día de nuestro tránsito.

Ya no se trata, por supuesto, de hacer grandes planteamientos de futuro, pero sí de no renunciar al presente. De entender que estamos en una edad idónea para cultivar las relaciones de familia o de amistad, de salir cada día a la calle con una sonrisa, con un pensar en positivo, de dotar a nuestra cotidianidad de espíritu vital, de colaborar en acciones sociales, de participar en fiestas, de jugar al ajedrez, de estudiar inglés, de ir al cine, al teatro, al fútbol o a los toros, de viajar, de leer, de escribir, de darse un baño de mar al amanecer ....

¿El pasado?. Sí, el pasado es nuestro y no hemos de renunciar a él, pero sin olvidar que el presente es lo verdaderamente importante.

Imagen propia. Amanecer en el Mar Menor. ¿Reflexiona el caballito sobre el pasado o el futuro de este paraje natural?