Petición de mano.

Uno recuerda escuchar en antiguos programas de discos dedicados de la radio, aquello de "dedicado a .... en el día de su petición de mano y toma de dichos". Y es que la petición de mano, hoy en progresivo desuso, era entonces un acto casi imprescindible en los protocolos de las bodas.

Aunque históricamente el acto conllevaba efectos jurídicos en tiempos en que los derechos de la mujer eran casi inexistentes. En el derecho romano la "manus" representaba la potestad del pater familias sobre la esposa y las hijas. La petición de mano iba acompañada de la "confarreatio" o ceremonia solemne de boda y de esta forma la "manus" se transmitía al marido. Con la transmisión la mujer quedaba bajo la absoluta potestad del marido, quien podría, incluso, venderla en esclavitud o matarla.

Afortunadamente los tiempos cambian y hoy la petición de mano, cuando se celebra, no pasa de ser una simpática celebración familiar.

Imagen de internet: curioso aviso de un comerciante.