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Imagen: Alessandro Abate
texto: Desconozco el autor
Un día, la señora Robles se encontraba en la sala de espera de su médico cuando un niño y su madre entraron al consultorio, el niño llamó la atención de la señora Robles porque llevaba un parche sobre el ojo. Se sorprendió al ver qué poco parecía importarle la pérdida de un ojo, y lo observó mientras seguía a su madre a la silla más cercana.
Aquel día el consultorio del médico estaba lleno, así que la señora Robles tuvo la oportunidad de conversar con la madre del niño mientras él jugaba con sus soldados.
Al principio, el niño se mantuvo en silencio, jugando con los soldados sobre el brazo de la silla, luego se trasladó silenciosamente al piso, lanzando una mirada a su madre. En algún momento la señora Robles tuvo ocasión de preguntarle al niño qué le había sucedido en el ojo. El niño consideró la pregunta durante largo rato y luego, levantando el parche, replicó,:
"No tengo nada en el ojo. ¡Soy un pirata!" Después regreso a su juego.
La señora Robles se encontraba allí porque en un accidente automovilístico había perdido una pierna desde la rodilla. La cita de aquel día era para determinar si estaba lo suficientemente curada como para acomodar una prótesis.
La pérdida había sido algo devastador para ella. Aun cuando se esforzaba por ser valiente, se sentía como una inválida; racionalmente sabía que esta pérdida no interfería con su vida, pero emocionalmente no podía superar este obstáculo. Su médico le había sugerido visualizaciones que le ayudaran a aceptar su situación, y ella lo había intentado, pero no podía imaginarse de una manera perdurable y emocionalmente aceptable. En su mente se veía como una inválida.
Ahora, la palabra "Pirata" cambio su vida. De inmediato se sintió transportada, se vio vestida como el Corsario Negro, a bordo de un barco pirata, estaba de pie con las piernas separadas y una de ellas era una pata de palo, sus manos estaban aferradas a las caderas, su cabeza y hombros erguidos, y sonreía frente a la tormenta. Los vientos tempestuosos azotaban su casaca y su cabello. Un rocío helado barría la balaustraba de cubierta mientras grandes olas se rompían contra el barco. El navío se mecía y gemía bajo la fuerza de la tormenta. Pero ella permanecía firme orgullosa, impertérrita. En aquel momento, esta imagen sustituyó a la de la inválida y recobró su valor. Miró al niño, ocupado con sus soldados.
Pocos minutos más tarde la llamó la enfermera. Mientras se balanceaba en sus muletas, el niño advirtió su amputación. "Oiga, señora, ¿qué le pasó a su pierna?" La madre del niño estaba mortificada. La señora Robles contempló por un momento su pierna más corta. Luego respondió con una sonrisa: "Nada. Yo también soy pirata".
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holita amigo, que linda imagen y preciosa historia y muy habil la contestacion del niño, felicidades, un besito de tu catalana
Hola hola amigo Fernan!! ¡Paso rapidito hoy... espero estés pasando un
lindo día por ahí, que lo disfrutes a fulllll y que la felicidad esté
con tu familia!! Te dejo una flor y un fuerte abrazote!!!! Nos vemos
prontito!! Cariños de Caty
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Hola!!!
Me encantó la imagen y la historia más. Creo que todos en algun momento pasamos por malos momentos y el resolverlo o no a veces depende de como veamos una situación. Rescato mucho la capacidad de los niños, que siempre lo mantienen todo simple y llano.
Saludos y q tengas un lindo día!
^^
Muy buen tu historia,me llego mucho,a veces todos necesitamos sentirnos un poco piratas.
gracias como siempre.
cariños para ti
Antonela pasa a saludarte Corremundos
genial el relato.
hasta pronto,cuando tenga la maquina otra ves.
hola pase a saludarte .
y te regalo una SONRRISA.
Una sonrisa..
El ropaje más lindo del alma.
El mejor antídoto contra las preocupaciones.
La contraseña entre los amigos.
Acorta el tiempo de la angustia.
¿Cuánto cuesta una sonrisa?
– Nada.
¿Cuánto beneficio nos puede dar?
– Mucho.
¿Qué tiempo dura?
– Un instante.
¿Y cuánto perdura en la memoria?
– A veces toda la vida.
¿Quién es tan rico que no la necesite?
– Nadie.
¿Quién es tan pobre que no pueda regalarla?
– Nadie.
¿Se empobrece el que la da?
– Al contrario, se enriquece.
¿Se puede comprar, vender o robar?
– Sólo se puede ofrecer gratuitamente.
¿Y quién es el que está más necesitado de una sonrisa?
– Aquél que no tiene ninguna para dar.
Buenas noches amigo, bella historia la que esta noche nos cuenta, me he sentido muy identificada con ella, a mi desgraciadamente no me falta una pierna sino dos, y por mucho que cierre los ojos no puedo verme como un pirata, lo que si te puedo asegurar es que jamas me he sentido como una invalida, pues gracias a Dios mi vida es casi normal, logicamente dentro de unos limites, pero esos limites siempre han sido los que yo me he querido marcar....aunque con el paso de los años las cosas ya no son lo mismo que cuando tenia 20 años pero se intenta llevar lo mejor posible, para que amargarse, la vida hay que aceptarla tal y como viene con su malos y buenos momentos.
Te deseo un feliz comienzo de semana y te envio un caluroso abrazo con todo mi cariño..
LOLA
que bella reflexion siempre hay que sacar lo positivo a las cosas y tratar de cada dia mejor
un beso
carmenchitah
Hola querido amigo corremundo
Cruda y real la historia, es un ejemplo para enfrentar las adversidades de la vida.Todos en determinados momentos pasamos por tribulaciones ,creemos que lo nuestro es peor que lo que le pasa a otros y que no hay o existe solucion y no es asi,todos tenemos ese pirata escondido en nuestro ser. Si, todos lo tenemos, solo tenemos que dar el tiempo necesario para que salga a flote.
Hay un proverbio hindu que dice
" No hay árbol que el viento no haya sacudido"
Abrazo
Hola,
pasaba para saludarte y felicitarte por la foto.
Un barco precioso.
Saludos
maravillas10Hace 6 minutos
Joaki-007Hoy a las 18:56
larocukyHoy a las 18:15
angela.69Ayer a las 11:45
brebis227431/10/2024