Por cada mina una flor

Como es sabido, un importante porcentaje del pueblo saharaui se ve obligado a vivir refugiado en los campamentos de Tinduf, desde que en 1975, Marruecos se anexionó el territorio del Sahara Occidental, donde ha levantado un muro de 2.700 kilómetros de longitud que lo convierten en el muro más grande del mundo, después de la Muralla china.

Es un muro de la muerte, que en su interior esconde cerca de 10 millones de minas antipersonas, anticarro y ante la vida en sí, y del que pocos tienen noticia.

Como cada año se ha celebrado sobre las arenas del desierto de Tinduf, FiSahara, un festival de cine que lleva un poco de esperanza a los sufridos habitantes de los campamentos. Y como empieza a ser una tradición, terminado el mismo, un buen número de artistas encabezados por Mouloud Yeslem se trasladan hasta la frontal del muro, donde colocan flores de tela, que intentan despertar la conciencia del mundo ante esta inhumana situación.

Imagen: facebook.com/festivalcinefisahara