Por los caminos de España: San Clemente

Dejamos Tomelloso y entramos en tierras conquenses, para marcar etapa en San Clemente, antiguamente conocido como San Clemente de la Mancha, fue capital de la Mancha Alta y de la Mancha de Montearagón, lo que nos da una idea de la importancia histórica y económica que San Clemente tuvo en su día. Durante el S.XVI albergó a más de 80 familias hidalgas con lo que la villa se ganó el título de “Pequeña Corte de La Mancha”. Su población actual es de 7.300 habitantes.

Su casco antiguo se desarrolla en torno a la Plaza Mayor, donde está el Ayuntamiento, del siglo XVI, construido en dos plantas más torreón, galería porticada con columnas y arcos en la planta baja y ventanales en la otra. Igualmente encontramos la iglesia parroquial de Santiago Apóstol, de los siglo XV-XVI, de planta basilical con nave central y dos laterales. La cabecera y los dos primeros tramos son de estilo renacentista, las trazas se deben a Andrés de Vandelvira. Callejeando podemos descubrir una auténtica villa renacentista conservada en lo esencial entre palacios, conventos y puentes. En San Clemente se encuentra el puente romano mejor conservado de la provincia de Cuenca  y cerca encontramos el santuario de Rus, en un paraje privilegiado y lugar cervantino.

Fue tierra de afamados artesanos de espadas, cuyos aceros se templaban en las frescas y cristalinas aguas del arroyo de Rus.

Unas migas de pastor regadas con buen vino de la tierra nos ponen en camino hacia Belmonte, pero antes pasamos por la Alberca de Záncara, población que se desarrolla en torno a dos plazas: de Arriba y de Abajo (del Arrabal). La iglesia parroquial, el ayuntamiento y el convento de las Carmelitas son sus edificios más emblemáticos. 

Imagen de internet: Plaza Mayor de San Clemente