Sarajevo

Desde Mostar marchamos hacia Sarajevo, la capital de Bosnia-Herzegobina. Es la tarde del jueves 6 de junio de 2019. El autobús entra en la ciudad, por lo que se dió en llamar "Avenida de los francotiradores" durante la última guerra de Bosnia. A nuestra izquierda podemos ve el Hotel Holiday, donde se alojaban los periodistas. 

Sarajevo tiene una población que supera los 400.000 habitantes y ronda los 700.000 si contabilizamos su área metropolitana. 

El autobús nos deja junto al Puente Latino, que cruzamos a pie para dirigirnos a nuestro hotel, el Astra Garni, situado en pleno corazón de la ciudad. Al cruzar el puente nos situamos en el lugar exacto donde en 1914 se cometió el asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria, que encendió la I Guerra Mundial. Una placa recuerda el hecho. Tanto antes como después de la cena tenemos ocasión de pasear por una ciudad en la que se distinguen muy claramente las áreas que corresponden a la ciudad otomana (más tradicional) y las que pertenecen a la época austro-húngara (con edificios más señoriales y majestuosos).

La visita guiada a la ciudad la realizamos el viernes 7 de Junio. Recorremos la Catedral Católica del Sagrado Corazón de Jesús, la antigua sinagoga que alberga un Museo del Judaísmo, la Mezquita Gazi Husrev-Beg con la vecina Madraza y la Torre del Reloj, para adentrarnos en la característica zona otomana, con sus comercios y sus estrechas calles. Una antigua posada de caravanas, alberga un frondoso patio de bares y teterías, que supone un área de frescor en este caluroso día de Junio. Se llega a la mítica plaza Bascarsija, centro neurálgico de esta zona de la ciudad con la fuente Sebilj, habitual punto de encuentro. Finalmente llegamos al antiguo Ayuntamiento, conocido como Vijećnica, levantado con una mezcla de estilos entre el morisco español y el árabe. Desde 1949 albergó en la Biblioteca Nacional y, tras su destrucción en la  última guerra,en agosto de 1992, donde se perdieron cientos de miles de libros, fue restaurada por Naciones Unidas y reinaugurada en 2014 como Biblioteca Nacional y Universitaria de Bosnia-Herzegovina, salón de sesiones del ayuntamiento, espacio de recepciones oficiales y museo, además de albergar exhibiciones artísticas y conciertos.

En resumen Sarajevo, que fue símbolo de la convivencia de varias culturas (croatas, serbios, bosnios y judíos sefardíes) y llamada entonces la "Jerusalén de Europa", aún puede recuperar esa condición.

Imagen propia: Ayuntamiento de Sarajevo (Vijećnica), construido entre 1892 y 1896 por Alexander Wittek.