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Desde hace unos años, los tatuajes están de moda entre los jóvenes. En mi etapa de legionario en el Sáhara Occidental tuve contacto con el mundo del tatuaje, pero particularmente no me convence eso de marcar el cuerpo de forma indeleble. Reconozco que hay tatuajes discretos, artísticos y bonitos, pero a mi entender predominan esos otros que causan mala impresión, que afean, que ennegrecen el cuerpo sin sentido artístico ni ornamental. No son pocas las personas que se arrepienten de haberse tatuado. Pero hemos de respetar los gustos y criterios de cada cual.
El tatuaje es un arte muy antiguo. En un glaciar alpino se encontró en 1991, los restos congelados de un cazador neolítico con la espalda y rodillas tatuadas. Igualmente se practicó en la cultura egipcia, hace 3.000 años. En nuestro mundo occidental el tatuaje llegó, en el siglo XVIII, a través de marineros y navegantes procedentes, principalmente, de los Mares del Sur. Los españoles lo exportaron de las Islas Filipinas.
Sin embargo, el paso del tiempo y las costumbres sociales lo relegaron hacia un mundo marginal. El tatuaje estaba mal considerado socialmente y una persona tatuada difícilmente encontraba trabajo. El movimiento hippy en los años 60 y 70 del pasado siglo lo rescató y actualmente encontramos talleres de tatuaje en cada calle.
Pero hay una tatuadora muy especial. Se trata de Whang-od Oggay, quien vive en Bucalam, un pueblo entre montañas al norte de la isla filipina de Luzón. Se cree tiene 101 años y pertenece a la etnia Kalinga. Está considerada la última “manbabatok” manteniendo viva la ancestral tradición del tatuaje filipino. Conocida en el resto del mundo por informaciones de etnógrafos y documentalistas, hoy acuden a ella gentes de todo los continentes para tatuarse. Estos días ha sido sensación en la Muestra celebrada en la ciudad filipina de Pasay, donde se han formado largas colas en busca de sus servicios. Cobra por cada tatuaje 300 pesos filipinos que son al cambio 5 euros.
Imagen de internet: Whang-od Oggay
Buenos dias amigo @corremundos
Yo nunca me planteé hacerme un tatuaje...creo ,o no lo recuerdo y ya se me pasó el arroz la verdad...reconozco que hay tatuadores que son verdaderos artistas.
Te mando un besito y mis mejores deseos para este martes!!!
Hola!!
Vaya que si querido amigo...dependemos tanto de la tecnologia que en cuando se nos estropea parece que se nos vaya a caer el mundo y no somos nadie. Sin ir mas lejos el viernes al llegar al trabajo me dí cuenta de que me había dejado el movil en casa y me sentia rara,como para que me pasara algo.
Al Pc no le pasaba nada,mi hermana lo estuvo toqueteando y decía que no veia nada raro...hasta que investigando el porque no iba,la cosa estaba en que la corriente en mi cuarto no va bien depende de que enchufe...y a eso le sumas de que mi madre había desconectado un enchufe de un ladrón que tengo en mi cuarto y no lo volvió a enchufar,por eso no se me encendía jaja ya ves tu que perdida de tiempo en buscar/no buscar lo mas sencillo.
A mi me encantan los tatuajes,tengo 2 y estoy encantada,aunque no me gustan nada esa gentr que lleva tooooodo el cuerpo tatuado,queda horrible!
Te deseo un buen dia
Hola!
A mi me gustan mucho los tatuajes, (también depende de cual claro...) y me ha parecido tremendamente interesante esta historia!
Saludos y que pases muy buena semana.
Yo no soy nada partidaria de los tatuajes, me parecen una agresión a la piel porque además mientras que de joven todo queda bien, cuando el tiempo pasa, al arrugarse la piel, parecen como una sombra de lo que fueron. No me haría nunca uno, aunque respeto profundamente a quienes les gustan y los llevan además como una seña de identidad.
La historia que cuentas es realmente fascinante.
Un saludo y buenas noches.
astur_82Hoy a las 00:02
larocuky22/04/2024
maravillas1021/04/2024
angela.6921/04/2024
728plus20/04/2024