The quiet girl

Se celebra en estos días, el Festival Internacional de Cine de Cartagena (FICC), que como hemos comentado en otras ocasiones no es un festival de gran presupuesto con alfombras rojas y la presencia de conocidos actores, pero si un festival que te ofrece la ocasión de ver importantes películas de todo el mundo, que no circulan por los circuitos comerciales. 

Ayer se proyectó AN CAILÍN CIÚIN (The quiet girl), película irlandesa dirigida por Colm Bairéad, rodada en gaélico y que viene de ser proyectada en el Festival de Berlín (Oso de plata a la mejor película) y en la Seminci de Valladolid (tres premios incluyendo la Espiga de plata).

La acción se sitúa en la Irlanda rural de los años 80 de pasado siglo. Cait es una niña silenciosa y tímida de una familia numerosa, pobre y disfuncional, donde los padres apenas atienden a los hijos. Debido a un nuevo embarazo de la madre, la niña pasará el verano en casa de unos parientes con un matrimonio que perdió a su único hijo. La niña irá descubriendo un mundo distinto, donde el amor preside la vida familiar. A nuestra cultura mediterránea, puede sorprender las casi nulas expresiones afectuosas de estas otras culturas del norte de Europa, que estallan en el abrazo final que cierra la película. 

Aunque está lejos de ser una película lacrimógena, es, sin embargo, una película preñada de emociones, con mucha tela para cortar y reflexionar. Narrada de forma sobria, con un excelente pulso narrativo, que te mantiene 95 minutos atento a la pantalla. Es, en definitiva, un auténtico poema a la humanidad, a la dulzura, a la afabilidad, un canto a la infancia y al amor familiar, que deja un maravilloso regusto. Una pequeña joya alejada del cine comercial.