Un lugar para la belleza, la fe y la esperanza

Vídeo: recreación en 3D de lo que será la Basílica de La Sagrada Familia, terminada

La Basílica de la Sagrada Familia de Barcelona, obra inmortal de Antoni Gaudí, ha vivido este domingo la jornada solemne de su dedicación, en la Eucaristía oficiada por el Papa Benedicto XVI.

A través de las imágenes de TV hemos podido tener una idea imaginada de la extrema belleza del templo. Con sus columnas de piedras arbóreas, sus bóvedas luminosas y sus coloridas vidrieras, consigue un impresionante ambiente que invita a la fe. Sin embargo, el templo dista mucho de estar terminado. Baste decir que en este momento solo se elevan al cielo ocho de las dieciocho torres previstas, la mayor de las cuales dedicada a Cristo se levantará por encima del crucero hasta una altura de 170 metros.

Un importante industrial coreano, Jun Young-Joo, director de la Cámara de Comercio e Industria de Pusan (Corea), declaraba en octubre de 1998, a la edición española de la revista Paris Match: "A través de la obra de Gaudí y del toque divino que tiene me convencí de la existencia de Dios, y por él, gracias a él, me convertí al catolicismo”.

No es de extrañar que en su homilía Benedicto XVI, se refiriera constantemente a su belleza: “La belleza es la gran necesidad del hombre; es la raíz de la que brota el tronco de nuestra paz y los frutos de nuestra esperanza. La belleza es también reveladora de Dios porque, como Él, la obra bella es pura gratuidad, invita a la libertad y arranca del egoísmo”.