¡Y un cuerno!

Más de una vez habremos utilizado la expresión "¡y un cuerno"!, para enfatizar nuestra negativa ante una pregunta o petición (¿Vas a firmar esta petición?. -¡Y un cuerno!. Estoy en desacuerdo con esa propuesta). Pero resulta que hay cuernos que son muy demandados.

Tal ocurre con los cuernos de rinoceronte, a los que las supersticiones en determinadas áreas del planeta atribuyen efectos afrodisíacos o curativos. En realidad no tienen en absoluto tales virtudes pues los cuernos son solo queratina, una masa de pelo endurecido como nuestras uñas. Pero estas supersticiones alimentan una persecución y un tráfico que los ha llevado al borde de su extinción por su valor en el mercado ilegal. El precio del cuerno de rinoceronte duplica al del oro o la cocaína y las mafias son menos perseguidas que otros delitos como el tráfico de armas y drogas. Según informa WWF, el pasado año 2023, los cazadores furtivos acabaron con 499 rinocerontes, 51 más que los registrados en 2022. La mayoría en tierras de propiedad pública y 93 en granjas, reservas y parques privados. Sólo quedan 76 rinocerontes de Sumatra y menos de 50 rinos de Java.

Este domingo 22 de septiembre se celebra el Día Mundial del Rinoceronte. Este evento nació en 2010 y fue creado por WWF Sudáfrica. Desde 2011, se internacionaliza esta conmemoración. Y se comienza a crear conciencia acerca de la necesidad de protección que tienen las especies de rinocerontes africanos y asiáticos.