Zamora

El día amanece parcialmente nublado y persisten llevias intermitentes. Nos llegamos hasta Zamora, la capital del románico. Zamora con un impresionante patrimonio monumental, es a mi entender una de esas ciudades un tanto olvidadas a nivel nacional e internacional.

Con una población de 65.000 habitantes, Zamora, cercana a la frontera con Portugal, se levanta sobre un cerro estratégico, defendido al sur por el río Duero.

Iniciamos nuestra visita por la Catedral, inscrita dentro del denominado Románico del Duero, fue construida por un solo maestro, del que no conocemos ningún dato y terminada en 1174 coincidiendo con el reinado de Alfonso VII. La seña de identidad de la Catedral de Zamora es su espectacular cimborrio de influencia bizantina y con escamas de piedra. De su fachada destaca la Torre del Salvador del siglo XIII con un posterior cuerpo de campanario y la Puerta del Obispo en la fachada sur, única que se mantine original. Su interior es planta de cruz latina con tres naves, con numerosas capillas. El Coro es obra de Juan de Bruselas.

A su lado el Castillo, sel siglo XI, concebido únicamente como fortaleza. Presenta forma romboidal, destacando sobre ella tres torres. Actualmente se conserva el perímetro del castillo, rodeado de un foso que se halla casi íntegro. Los muros de mayor importancia, el patio de armas y la torre del homenaje.

Las calles de la Rúa de los Notarios y la Rúa de los Francos reflejan aún su antiguo trazado del primer recinto medieval, dentro del cual se construyeron las iglesias románicas de San Pedro y San Ildefonso y La Magdalena. El casco antiguo de Zamora cuenta con 14 iglesias románicas, a las que se suman otro buen número en el resto de la ciudad y término municipal.

En la Plaza de Viriato, que acoge la escultura de Eduardo Barrón dedicada al pastor lusitano, se encuentra el Palacio de la Encarnación, fundado en el siglo XVII y el Palacio de los Condes de Alba y Aliste, del siglo XV y en el que está ubicado el Parador de Turismo. Próximas están otras iglesias románicas como San Cipriano y Santa María la Nueva, cercana ésta última al Museo de Semana Santa. En la Plaza Mayor se sitúan la iglesia románica de San Juan de Puerta Nueva, y el antiguo Ayuntamiento, construido en 1504. La calle de Balborraz, próxima a él, es una de las más pintorescas de la ciudad. Se refleja el desarrollo de Zamora de finales del XIX y principios del XX, con numerosos edificios modernistas.

Merece la pena visitar Zamora y sin duda, con más tiempo del dispuesto en este viaje.

Imagen: Entrada al Castillo de Zamora.