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Son seres frágiles, etéreos,
desamparados sobre el borde
de la evaporación del fino aire.
Los pre-rafaeles las pintaron,
y las hadas eran grandes en pinturas victorianas,
que a menudo las representaban desnudas.
La misma reina victoria fue nombrada ''The Faery''
por su íntimo primer ministro
Benjamin Disraeli de Inglaterra.
El popular fotógrafo gótico Stephane Lord
hace a las hadas fetiches.
Las Hadas pueden representar muchas cosas:
el deseo sexual, una desesperación por huir de la realidad,
pasión por lo desconocido
que incluye lo espiritual y lo oculto,
y un tributo al poder de energía femenina
(en mujeres y hombres) encantar y seducir.
En el pasado se pensaba que ciertas sustancias
como el ajenjo (que era apodado " el hada verde ")
daban la capacidad de ver aquellos pequeños seres frívolos.
El viento que brilla con siete colores
soplara anunciando un nuevo dia
nuevamente yo cantare aquella cancion
la cancion triste que siempre me hace llorar
los pajaros volaran por el cielo celeste que
no tiene comparacion con el mar tan especial.
Yo siempre me encuentro en el paraiso
que se encuentra rodeado por el mar
ahi volvere yo a nacer para poder creer en el amor
yo cantare aquella melodia que fue creada especialmente por mi
el dia en que te vayas de aqui para poder no olvidarte asi.
Las nubes se dispersan lentamente
revelando aquel bello arcoiris
las estrellas que como unas perlas son brillaran durante
esta noche magica
puedo escuchar claramente
un silbido llamandome
tiempo de crecer ya es tiempo ya de madurar.
Adentremonos en una aventura
llena de milagros en la que tu y yo
hemos de descubrir algo que algunas personas llaman amor
siento que solamente es fantasia
como si las estrellas me hicieran ver
un futuro que no existe aun
pero lo se lo conseguire!
Yo siempre me encuentro en el paraiso
que se encuentra rodeado por el mar
ahi volvere yo a nacer para poder creer en el amor
yo cantare aquella melodia que fue creada especialmente por mi
el dia en que te vayas de aqui para poder no olvidarte asi.
Adentremonos en una aventura
llena de milagros en la que tu y yo
hemos de descubrir algo que algunas personas llaman amor
siento que solamente es fantasia
como si las estrellas me hicieran ver
un futuro que no existe aun
pero lo se lo conseguire!
Las Asradi son entidades femeninas
de inusual belleza, delicadeza y fragilidad.
Su piel es de una blancura
increíblemente brillante.
Sus cabellos son más bien rígidos,
y tienen el tono grisáceo de los icebergs.
Habitan en las heladas aguas
del Mar del Norte,
y sólo suben a la superficie durante
las claras noches de luna llena.
La razón de esto no hay que buscarla
en su condición taciturna, sino
en la coquetería; ya que las Asradi
utilizan la luz de la luna
para platear sus cabellos.
Evitan escrupulosamente el contacto
con los humanos, de hecho no existen
relatos en dónde las dos razas interactúen.
Lo máximo que se llega a describir
es algún esporádico avistamiento
de un marinero y nada más.
Los folcloristas nos advierten que
al sentir la mirada de los hombres,
las Asradi se disuelven en la materia
que las componen, es decir, el agua,
dejando al indiscreto con la sensación
de haber visto algo,
pero nunca con la certeza.
Su existencia gira en torno al ciclo lunar,
cuya luz las nutre y ampara durante
los largos siglos que llegan a vivir.
El sol, en cambio,
les produce la muerte.
Buen augurio, predice alegría y felicidad.
Las hadas simbolizan los poderes paranormales del espíritu y las prodigiosas capacidades de la imaginación; son capaces de operar las más prodigiosas transformaciones y en un instante colman o destruyen los más ambiciosos y extraordinarios deseos. En una palabra, simbolizan la capacidad humana de imaginar realizados aquellos proyectos imposibles de realizar en la vida real.
Por ello, soñar con las hadas es una forma de compensar las aspiraciones frustradas, de dejar salir por unos instantes al niño que todos llevamos dentro, y hacer así más llevadera la opresora materialidad de la vida real.
Según los tratados onirománticos tradicionales, este sueño promete la realización de un deseo que se creía irrealizable.
Según el aspecto del hada que usted vea en sueños, se concentrarán grandes esperanzas o sufrirá crueles preocupaciones.
LA LUNA Y LOS SUEÑOS
Cuenta una leyenda que una noche se fue la luna de puntillas y no regresó. Acostumbrados a verla, no levantaban nunca la cabeza y una de esas noches se fue, vestida de luna nueva, harta ya de bailar en los cielos para que nadie la viera. Cuando quisieron darse cuenta solo descubrieron entre las estrellas enormes telarañas de ausencia.
Sin la luna, se escondieron los duendes y las ninfas se aletargaron en sus lagos; los lobos dejaron de aullar al viento y se quedaron solo en lobos; y los hombres, solo en hombres. Sin la luna los sueños bostezaron largamente y los niños se durmieron sin poder despertar, asustados de vivir sin la compañía de los sueños, en soledad.
Se convocaron cónclaves, concilios y conferencias. Enviaron a los más intrépidos a buscarla entre altos mares y los más fuertes levantaron hasta la última piedra por si se hubiera escondido debajo. Los más sabios buscaron en los libros y los viejos en todos y cada uno de sus recuerdos, pero la luna no estaba por mucho que la buscaran. Preguntaron a los ricos, a los pobres, a los reyes, incluso a los dioses preguntaron, pero la luna nunca estaba allí dónde la buscaban.
Pasaron los días y las semanas y luego los meses y los años. Y los niños crecían dormidos y, ¡ay! no subían ya las sirenas a la playa para peinarse la cabellera de espuma y algas. No había sonrisas ni algarabías en los patios y los niños, echados en sus camas, sin la compañía de sus sueños, en soledad.
Cuenta la leyenda que los hombres, incapaces de ver por más tiempo el vacío que dejó en los cielos, prendieron del firmamento una luna de cartón. Por eso ahora ya no hay ninfas ni sirenas y los lobos son siempre lobos y los hombres, hombres. Porqué la luna que hoy vemos, no es aquella que una noche se fue de puntillas, llevándose todos los sueños, harta ya de que nunca la vieran