Quiero comentarios, quiero que comenteis que os parecen msi historias >____________<
Así que ya sabeis x3

Aquella noche, mee-chan soñó en que llegaba tarde al instituto en su primer día, cuando de golpe se escucho un ruido como si alguien abriera la ventana del balcón y de fondo mee-chan escuchaba un tic-tac, tic-tac, tic......

-Ey....., yo solo te aviso........, como no te levantes,......... llegaras tarde al instituto........, y......., te pienso tirar el reloj por la ventana........- dijo una voz al lado de la oreja de mee-chan, mas que una voz que la avisara, parecía seducirla, cuando despertó, vio como unos ojos verdes se le acercaban, cada vez mas, y mas......

-¡¡¡Se puede saber que haces, no te atrevas a......!!!- demasiado tarde, pero para “decepción” de Megumi el beso no fue en los labios si no en la nariz. La chica se sonrojo, y cuando abrió los ojos vio el chico de ayer, el vecino, como se acercaba al bacón, y saltaba a su casa.

Megumi apago el despertador, pego un salto se fue hacía al baño, a ducharse, cuando acabo, fue a su habitación se cambió, se hizo una tostada y la comida por ultimo cogió la mochila las llaves y salió corriendo de la casa.

--Soy un desastre deje la ventana abierta y a entrado por la mañana, y si.... y si me a echo algo..... o peor y si me a cogido mis libros..... ¡¡Mi memoria!!...como la haya leído..... me muero. - Mientras pensaba esto, llego al instituto, antes de nada fue a secretaria

-Hola, ¿Me podría decir donde esta la sala de profesores?

-Claro que si, para que lo quieres saber

-Soy nueva

-De acuerdo tu clase es....

-2º-F

Una chica dentro de un coche con un libro en las manos, con un titulo que parecía de astronomía, con un par más al lado. Pero lo curioso es que la chica no leía el libro si no que parecía estar escribiéndolo.
Esta era Megumi, una chica de 16 primaveras a la que le encantaba escribir. De golpe el coche paro, ella cerro el libro y lo metió juntamente con los otros en su bolso. Cuando salió del coche, la conductora también salió y entro dentro del lujoso edificio, delante del cual había aparcado. Aquella mujer era la madrastra de Megumi, una mujer sincera y muy cordial con todos, y sobretodo con Megumi. Desgraciada mente su madre murió después de nacer ella, ya que tenia el corazón delicado, su padre se caso con la mujer que en ese mismo instante estaba hablando con la recepcionista, y para acabar de contar la desgraciada vida de Megumi, su padre había muerto 6 meses atrás, dejando a Megumi y Rika (la madrastra) solas.
Una historia realmente triste, pero ¿Que estaba haciendo Megumi hay?
Su madrastra es una gran periodista, y su trabajo le hizo que se tuviera que ir a Estados Unidos, pero solo podía ir ella sin nadie mas, por eso Megumi y Rika llegaron a la conclusión de que la chica se quedara a vivir en un bloque de apartamentos, y que se tendría que mudar de su instituto.
-Megumi, ven aquí corre- dijo Rika con su feliz sonrisa en la cara- Mira tu habitación será la numero 900, que es el ático, aquí tienes las llaves.
-Muchas gracias Rika, ¿Me podrías acabar de ayudar con la mudanza?- dijo con un hilo de voz la pobre de Megumi.
-Claro que si, vamos que así de paso te ayudo a limpiar y a ordenar la ropa- esas palabras de animo que le acababa de dar Rika a Megumi hicieron que una leve sonrisa saliera de sus labios.
-Pero no llegaras tarde, tu jefe dijo que a las 3 tenias que estar en su despacho- dijo Megumi con su siempre cara de pesimista
-Eres un desastre, si que dijo eso, pero dijo del día 30, y hoy estamos a 27- dijo mientras empezaba a reír

Mistake Number 3: Kiss
¿Cómo puede besarte en un momento tan inoportuno?
Sonó el timbre. Recogí las cosas que había tirado al suelo media hora antes, y me dirigí hacía la aula de dibujo, que era donde me tocaba. Llegue a la clase en un momento, debido a que iba casi corriendo por el pasillo. Y cuando llegue me encontré con la escena en la que me había desaparecí. Otra vez. Otra se besaban

"¿Como podía soportarla?" Me preguntaba continuamente para intentar llegar a esa verdad tan dolorosa.

Marc la quería. Aunque yo no creía que ella le quisiera de la misma forma que él. Hice una rápida busca para encontrar a Dana, pero no apareció, parecía que hubiese desaparecido, pero la verdad también era dolorosa, Dana tenía novio.

Seguro que en ese momento estaba con él en algún lado del instituto.

La profesora no tardo a llegar para abrir la puerta. Todos nos sentemos en nuestros sitios. Cuando la profe empezó a pasar lista, Dana apareció. Corriendo se sentó en su sitio. Pero, cuando la profe tenía que decir mi nombre dijo: "¿Alan García?"

¿Así que a parte de joderme tenía que tener el mismo apellido que yo?

Y era mala suerte.

Mistake number 2: Cry
Creo que fueron esas lágrimas que derramé las culpables de ese falso amor.
Ya estaba en clase de ingles, sentada al lado de Arnau, pero girada hacia atrás hablando con Dana sobre nuestras tonterías. De golpe nuestro tutor, no el profe de ingles, entro a la clase, con esa sonrisa de incompetente que solía soltar. Anunciaba que un nuevo chico vendría a clase, y que lo tratáramos bien, y que blablabla, que bla y más blablabla.
Mientras nuestro tutor nos echaba ese sermón, yo estaba implorando a todos los dioses, espíritus y fantasmas conocidos que el compañero nuevo no fuera el imbécil de mi nuevo vecino. Pero algo mal debí hacer, ya que cuando el profe dijo “Dar la bienvenida a vuestro nuevo compañero Alan García”.
Creí que me moría, pero eso no fue lo peor. Lo peor vino cuando el profesor dijo, “¿Qué te parece sentarte al lado de Dana, la chica de la antepenúltima fila?” Creía que mi mundo se desmoronaba encima mío y que yo me desmontaba, pero mientras pasaba eso yo me preguntaba ¿Pero por que me ponía tan nerviosa?
Durante toda la hora de ingles no pare atención ni en un momento, ya que me sentía intimidada, pues el chico no paraba de mirarme. Cada vez que el profe preguntaba, yo fallaba todo.
Después vino la hora de química, en la que Dana me tenia que vigilar, pues, cada vez que me despistaba, ya fuera porque le miraba, o que el me miraba a mi, ocasionaba una pequeña explosión, que no iba a más porque mi amiga me alertaba con un “¡Cuidado Eva!”.
La siguiente clase fue la de matemáticas, en esa, por muy extraño que pareciera, prestaba atención, solucionaba bien todos los ejercicios y no intente destruir la clase con una explosión.