El Arca de Noé es un bar situado en Cimadevilla, justo detrás del Museo-Casa Natal de Jovellanos. Y detrás de éste bar, hay otro de vinos, situado en el mismo bloque pero en un edificio más bajo. Sólo recuerdo haber ido una vez al primero, y me dió la impresión de un bar de copas nocturno para clientes habituales. Pero no es lo que me llamó la atención cuando hice la foto.

Una explicación posible a mi afición a fotografíar tejados y fachadas podría venir de mi vieja afición a los comics de Batman y Spiderman; aparecen colgando de edificios, y los tejados y azoteas son parte del decorado. Pero es una simplificación. Creo que tiene que ver más la luz y el paso del tiempo, en cierto modo.

Vivimos la vida a ras del suelo, al menos el común de los mortales, pero de vez en cuando ves un brillo, luz ó color que te hace girar el cuello. Y luego fijas la mirada en lo que casi inconscientemente te atrajo la atención. Cuando hablo del paso del tiempo, no uso ninguna metáfora: el desconchado de una pintura, los chorretes de humedad en las paredes creados por canalones y desagües... O la misma fachada en sí, que en este caso es lateral o trasera; es totalmente funcional, no se crea con un criterio estético como una fachada frontal, así que cada elemento que aparece es puramente utilitario (canalón, ventanucos, tejas..). Y aún así, tiene cierta estética, cierto carácter. Es como el encanto de ciertas ruinas, pero a un nivel distinto.

Luego sale como sale, pero esa es otra historia.

La acuarela es de nuevo a tamaño foto. Lo más complicado de la composición es que no hay una proporción o forma dominante, eso me obligó a trabajar bastante el boceto. Veo un fallo de perspectiva en la ventana de la buhardilla, pero en conjunto me parece un buen dibujo.

Mañana es Nochebuena, pasadlo bien y que os sea leve.