Tres años de fotolog ya

Lo siento, tengo el ingenio bajo mínimos; pero no quería faltar a esta fecha. A pesar del dibujo, no me preocupa particularmente cumplir años, pero si tengo la sensación de escurrírseme el tiempo en las manos. Imagino que es consecuencia directa de no tener trabajo estable desde hace tiempo (ya está, ya me he quejado; ahora seguimos con lo demás).

El motivo del dibujo viene dado por algo que me pasó la semana pasada: por primera vez en mi vida, he pintado la habitación. Y pagué la novatada de una forma bastante curiosa. Mi habitación está al lado del hueco de la escalera y tiende a ser húmeda, así que suelen salir manchas de moho. Mi habitación está pintada de blanco y usé pintura antimoho, con un olor bastante fuerte y que se mezcla con disolvente. Usé mascarilla para evitar los olores de la pintura. Lo pinté en dos capas, la segunda al día siguiente de la primera. Pero lo interesante fue al primer día.

 Llevaba la mitad de la habitación cuando empecé a darme cuenta de que necesitaba preparar más pintura, pero... la cabeza no me empezaba a funcionar bien y no acababa de llevar a cabo el simple hecho de dirigirme al bote de pintura para rellenar la cubeta y hacer la mezcla. Ahora: si estás acostumbrado a pintar en interiores, no necesitas que te digan que necesitas tener la zona de trabajo bien aireada. Pero cuando lo haces por tu cuenta y sin saber, la medida de todo la haces a base de prueba y error. Tenía la puerta cerrada, la ventana sólo entornada y la atmósfera de la habitación húmeda y viciada por la pintura. Únele la mascarilla (que ayuda, pero también sofoca) y algo de ansiedad por hacer algo por primera vez y te vuelves loco. Literalmente.

No sé si fueron cinco minutos o quince, porque sentí que se paraba el tiempo, pero me quedé paralizado a un extremo de la habitación, viendo la luz de la ventana y disociando conceptos: la luz, la ventana, el tiempo, yo, mis manías... jamás seré capaz de definir el cúmulo de impresiones. Ahora ya se ha desvanecido y cuesta definirlo, pero en aquel momento todo eso parecía vital para mi. Y luego me di cuenta de que estaba respirando con agitación. Haciendo un esfuerzo, salí de la habitación, me quité la mascarilla y tomé aire. Poco después vi a mi hermano, que mientras pintaba había vuelto del trabajo, y eso me tranquilizó un poco. Pude rehacerme y acabar la primera capa sin más complicaciones, aunque algo cansado. Al día siguiente pude hacer el resto con menos complicaciones.

 Gente, siempre había oído que la pintura coloca. Pero esto fue lo más parecido a un mal tripi que haya pasado nunca.