var isMobileBrowser=false;
Ama tu verso,
y ama sabiamente tu vida,
la estrofa que más vive,
siempre es la más vivida.
Un mal verso supera
la más perfecta prosa,
aunque en prosa y en verso
digas la misma cosa.
Así como el exceso
de virtud hace el vicio,
el exceso de arte
llega a ser artificio.
Escribe de tal modo
que te entienda la gente,
igual si es ignorante
que si es indiferente.
Cumple la ley suprema
de desdeñarlas todas,
sobre el cuerpo desnudo
no envejecen las modas.
Y sobre todo,
en arte y vida, sé diverso,
pues sólo así tu mente
revivirá en tu verso.
Así, verte de lejos, definitivamente.
Tu vas con otro hombre, y yo con otra mujer.
Y sí que como el agua que brota de una fuente
Aquellos bellos días ya no pueden volver.
Así, verte de lejos y pasar sonriente,
como quien ya no siente lo que sentía ayer,
y lograr que mi rostro se quede indiferente
y que el gesto de hastío parezca de placer.
Así, verte de lejos, y no decirte nada
ni con una sonrisa, ni con una mirada,
y que nunca sospeches cuanto te quiero así.
Porque aunque nadie sabe lo que a nadie le digo,
la noche entera es corta para soñar contigo
y todo el día es poco para pensar en ti.