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Estamos hablando de una planta anual, de gran popularidad por la belleza de sus flores y sus espectaculares colores. Además, presenta hojas acorazonadas y flores similares a la margarita, de colores rojo, azulado, lila, violeta o blanco.
Uno de los objetivos debe ser prolongar lo máximo posible la floración (que se concreta entre diciembre y mayo) si se la cultiva en el hogar, ya que su duración media es de un mes. Pero si la planta cuenta con las condiciones de luz, humedad y temperatura que necesita llegará posiblemente a las seis semanas.
También habrá que tener sumo cuidado con los pulgones, porque es una plaga que habitualmente castiga a la cineraria. Asimismo, es imprescindible añadir un fertilizante específico para plantas de flor cada diez o quince días. Es necesario ubicarla en un lugar claro, ventilado y fresco, pero sin que reciba luz solar en forma directa.
No es una buena idea cambiarla habitualmente de ubicación, ya que podrían variar las condiciones de luz y humedad. Tampoco es positivo colocarla en cercanías de los sistemas de calefacción u hornos, como así también llevarla a un ambiente externo cuando llueve, porque el cambio de temperatura puede ser muy perjudicial.