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He inventado unas alas para volar, y vuelo. Azufre y rosa en mis labios.
La real academia define la palabra imposible como algo que no tiene ni facultad ni medios para llegar a ser o suceder, y define improbable como algo inverosímil que no se funda en una razón prudente. Puesto a escoger, a mi me gusta más la improbabilidad que la imposibilidad, como a todo el mundo supongo. La improbabilidad duele menos y deja un resquicio a la esperanza, a la ética. Que David ganara a Goliat era improbable pero sucedió. Un afro americano habitando la casa blanca era improbable, pero sucedió. Que los barón rojo volvieran a tocar juntos era improbable, pero también sucedió. Nadal desbancando del número uno a Federer, una periodista convertida en princesa, el doce uno contra Malta. El amor, las relaciones, los sentimientos, no se fundan en una razón prudente, por eso no me gusta hablar de amores imposibles, sino de amores improbables.
- Katniss, es como cazar, y eres la mejor cazadora que conozco.
- No es como cazar, Gale, están armados. Y piensan.
- Igual que tú, y tú tienes más práctica, práctica de verdad. Sabes cómo matar.
- Pero no personas.
- ¿De verdad hay tanta diferencia?- pregunta Gale, en tono triste.
Lo más horrible es que, si consigo olvidar que son personas, será exactamente igual.
¡Que empiecen los Septuagésimo Cuartos Juegos del Hambre!
Katniss ~