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Caminaba sin rumbo con las manos en los bolsillos. Apretando los puños dentro como si guardara en ellos algo muy valioso. Miraba hacía el suelo mojado, esquivando charcos. Hacía frío pero apenas notaba ya nada ¿Hasta dónde le llevarían sus pies?
Empezaba a cansarse. Su inercía le había conducido por una ruta distinta. La música, que escuchaba a través de sus cascos, era su única compañia. Nunca se paraba en los escaparates pero de repente...frenó en seco y la vio. Preciosa, tal y como la recordaba, reflejada en aquellos soportales.
Allí estaba ella...de donde nunca se había movido. Dentro de su pensamiento porque ni el viento, ni el tiempo, se la llevó jamás.
Cuando se echa tanto de menos a alguien...Es que nunca estuvo de más.
En estudio para campaña publicitaria.