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Con las luces y la tranquilidad del alba, fue cuando encontré en tu pecho mi escondite, no era oscuro, era todo luz que nacía de tí.
Dejé que mi oido escuchara tu corazón y me habló bajito para que no me asustara. Notaba tu respiración en el aire, era como el balanceo de una hamaca colgada del cielo contando estrellas mientras recorrías mi pelo con tus dedos, llevándote entre ellos todos mis miedos. Susurre tu nombre. Nos besamos. Al separarnos asomé mis ojos a los tuyos, mar de quietud, y quise nadar en ellos.
Acerqué mis labios y dejé que un suave beso se mezclara en tus pestañas.
El pla de l'Estany. Banyoles