var isMobileBrowser=false;
Me conformaría con poder besarte al menos una vez al día el resto de mis días, abrazarte cada vez que tuvieras ganas de llorar y hacerte reír a cada momento. Esperarte cuando salieras del trabajo, cocinar a medias y hacerte olvidar los miedos. Escuchar música todo el día entre las sábanas, ver películas de miedo y simplemente observar cómo ves llover tras la ventana.
Y sí, ya sabes cómo soy, me gustaría poder escribirte algún texto pequeñito, como este, cada día, sólo por el placer de ver tu sonrisa al leerlo. Ah, y no te olvides de que podría ser capaz de amanecer cada mañana con mi cabeza en tu pecho.
Te quiero, princesa ibicenca!!!