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Los ojos se me llenaron de lágrimas. No pudía aguantar, tenía que llorar. Jaco me abrazó fuertemente y se le escaparon algunas lágrimas también.
Jaco: Tranquila, veras como todo sale bien, confía en mi, ¿si?
Sheila: Está bien... ¿Puedo ir a verle?
Jaco: Sí.
Entré a la habitación despacio, sin hacer ruido alguno. Le vi, tumbado en la cama, rodeado de tubos, aparatos, cables... También tenía un montón de moratones, vendas y brechas.
Sheila: Pero... ¿Qué te han hecho?
Cuando le vi así de mal, las lágrimas se apoderaron de mi. Me senté a su lado y puse mi cabeza en su pecho mientras le daba la mano. Sus latidos eran débiles.
Sheila: Te juro que lo pagarán, esos malditos pagarán todo el daño que te han hecho, aunque me deje la vida en el intento... Te lo prometo, mi amor.
Separé mi cabeza de su pecho, para acercarme a sus labios y depositarle un beso suave y lento. Me quedé dormida junto a él, al cabo de los minutos de tanto llorar
Mientras tanto, fuera de la habitación, en el pasillo. Jaco estaba sentado en el banco cuando Roxas y Lidia aparecieron.
Roxas: ¿Cómo está Dani?
Lidia: ¿Y Shei no ha llegado aun?
Jaco: Dani está en coma... Y Sheila está dentro con él.
Lidia: Entremos.
Jaco: No, lo mejor será que la dejemos a solas un rato.
Lidia: =( Está bien... Aunque tenía ganas de conocer a Dani.
Roxas: Si sale vivo de esta...
Lidia y Jaco: O.O
Roxas: Lo siento, no he dicho nada.
Seguía dormida cuando empecé a oir el pitído largo de la máquina. Su corazón estaba debilitándose y apagándose rápidamente.
Sheila: O.O¿Dani? ¡Dani!
Salí corriendo de la habitación para llamar a las enfermeras, pero al parecer estas ya se habían enterado por un piloto que tiene la puerta.
Enfermera: Por favor señorita, salga de la habitación.
Sheila: ¡No! ¡No pienso dejarlo...!
Jaco me cogió del brazo y me sacó fuera.
((Sigue abajo))
Jaco: Sheila tranquilizate, ¿recuerdas lo que te dije antes? Todo saldrá bien, te lo prometo.
Esta vez me abracé a él con más fuerza que nunca. Tenía mucho miedo de perder a Dani. Nos unimos todos en un solo abrazo.
Pasaron pocos minutos hasta que salió la enferma. Minutos que para mi, se me hicieron eternos.
Roxas: ¿Cómo está?
Enfermera: Bueno, veran...
Sheila: ¡Hable! ¿Cómo está Dani?
Lidia: Shei, calmate...
Sheila: ¡No! ¡No me calmo! ¡¿Cómo está?!
Jaco: Por favor Sheila, tranquilizate... por favor.
Jaco en ese momento tenía una mirada de preocupación pero a la vez una mirada que podía calmar a cualquiera.
Sheila: Está bien...
Roxas: Continúe, por favor.
Enfermera: El paciente está...
CONTINUARÁ...