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ME FALTABA EL CUENTO DE LOS TRES CERDITOS, ESPERO QUE OS GUSTE.
QUE TENGAIS UNA FELIZ NOCHE, UN ABRAZO PARA TODOS.
El animal mejor que yo recuerdo
es, con mucho y sin duda alguna, el cerdo.
El cerdo es bestia lista, es bestia amable,
es bestia noble, hermosa y agradable.
Mas, como en toda regla hay excepción,
también hay algún cerdo tontorrón.
Dígame usted si no: ¿qué pensaría
si, paseando por el Bosque un día,
topara con un cerdo que trabaja
haciéndose una gran casa... de paja?
El Lobo, que esto vio, pensó: "Ese idiota
debe estar fatal de la pelota...
"¡Cerdito, por favor, déjame entrar!".
"¡Ay no, que eres el Lobo, eso ni hablar!".
"¡Pues soplaré con más fuerza que el viento
y aplastaré tu casa en un momento!".
Y por más que rezó la criatura
el lobo destruyó su arquitectura.
"¡Qué afortunado soy! -pensó el bribón-.
¡Veo la vida de color jamón!".
Porque de aquel cerdito, al fin y al cabo,
ni se salvó el hogar ni quedó el rabo.
El Lobo siguió dando su paseo,
pero un rato después gritó: "¿Qué veo?
¡Otro lechón adicto al bricolaje
haciéndose una casa... de ramaje!
¡Cerdito, por favor, déjame entrar!".
"¡Ay no, que eres el Lobo, eso ni hablar!".
"¡Pues soplaré con más fuerza que el viento
y aplastaré tu casa en un momento!".
Farfulló el Lobo: "¡Ya verás, lechón!",
y se lanzó a soplar como un tifón.
El cerdo gritó: "¡No hace tanto rato
que te has desayunado! Hagamos un trato...".
El Lobo dijo: "¡Harás lo que yo diga!".
Y pronto estuvo el cerdo en su barriga.
"No ha sido mal almuerzo el que hemos hecho,
pero aún no estoy del todo satisfecho
-se dijo el Lobo-. No me importaría
comerme otro cochino a mediodía".
De modo que, con paso subrepticio,
la fiera se acercó hasta otro edificio
en cuyo comedor otro marrano
trataba de ocultarse del villano.
La diferencia estaba en que el tercero,
de los tres era el menos majadero
y que, por si las moscas, el muy pillo
se había hecho la casa... ¡de ladrillo!
"¡Conmigo no podrás!", exclamó el cerdo.
"¡Tú debes de pensar que yo soy lerdo!
-le dijo el Lobo-. ¡No habrá quien impida
que tumbe de un soplido tu guarida!".
"Nunca podrá soplar lo suficiente
para arruinar mansión tan resistente",
le contestó el cochino con razón,
pues resistió la casa el ventarrón.
"Si no la puedo hacer volar soplando,
la volaré con pólvora... y andando",
dijo la bestia, y el lechón sagaz
que aquello oyó, chilló: "¡Serás capaz!"
y, lleno de zozobra y de congoja,
un número marcó: "¿Familia Roja?".
"¡Aló! ¿Quién llama? -le contestó ella-.
¡Guarrete! ¿Cómo estás? Yo aquí, tan bella
como acostumbro, ¿y tú?". "Caperu, escucha.
Ven aquí en cuanto salgas de la ducha".
"¿Qué pasa?", preguntó Caperucita.
"Que el Lobo quiere darme dinamita,
y como tú de Lobos sabes mucho,
quizá puedas dejarle sin cartuchos".
"¡Querido marranín, porquete guapo!
Estaba proyectando irme de trapos,
así que, aunque me da cierta pereza,
iré en cuanto me seque la cabeza".
Poco después Caperu atravesaba
el Bosque de este cuento. El Lobo estaba
en medio del camino, con los dientes
brillando cual puñales relucientes,
los ojos como brasas encendidas,
todo él lleno de impulsos homicidas.
Pero Caperucita, -ahora de pie-
volvió a sacarse el arma del corsé
y alcanzó al Lobo en punto tan vital
que la lesión le resultó fatal.
El cerdo, que observaba ojo avizor,
gritó: "¡Caperucita es la mejor!".
¡Ay, puerco ingenuo! Tu pecado fue
fiarte de la chica del corsé.
Porque Caperu luce últimamente
no sólo dos pellizas imponentes
de Lobo, sino un maletín de mano
hecho con la mejor... ¡piel de marrano!
Hola Ana, te prometo leerlo mañana, que seguro no tiene desperdicio. Hoy sólo vengo a saludarte, estoy resfriada, y necesito meterme en la cama ya.
Un beso enorme, y todo mi cariño.
Estoy en deuda contigo,
cruz de los brazos abiertos,
merodeante de mis viñas
sembradas de sueños tiernos.
Y de tanto agradecerte,
se encuentra mi ser poseso
de unas ansias de morir
a pesar de estar ya muerto.
Muerto a golpes de cariño,
de caricias y de besos,
de misericordia y gracia,
de bálsamos y consuelo.
¡Cuánto has hecho por mi vida!
¡Cuán obligado me siento
a estar por siempre de hinojos
ante tus brazos abiertos!
Cruz de las siete palabras:
eres más que una señal
o algo que cuelga en el pecho.
Eres el gran compromiso
con la vida, que hace un muerto.
Estoy en deuda contigo,
cruz que recibes mi cuerpo.
Eres campo de batalla
Y eres a la vez el lecho
donde sueñan mis antojos
sus ansias de sueño eterno.
¡Clávame en ti con tus clavos!
¡Traspásame con el hierro
de adhesiones eternales,
cruz de los brazos abiertos!
disfruta de mi poema suerte...
jajja genial Anita!!!
Besitos amor
Hola!
jaaja lindo ell cuentillo!
te pasas pliis?
bn me fuui!
cuidate!
bss baai!
hola amiga
maravilloso cuento el de los cerditos
jajajajja
linda imagen bueno espero que endes super bien bay un beso enorme cuidate chao
HOLA LUNA GUAPA, CUANTOS DIAS HACIA QUE NO ME PASABA POR TU CASITA...
ME HA GUSTADO EL CUENTO, Y LO COPIO.
BUENAS NCOHES.
BESOS
hola
jejee me recuerda a mi infancia XD
q tengas una buena semana
mary
ps que cree
yo tengo mi red echa un lio
y eso ha echo que no pase por estos
dias
te pido una disculpa
y mil gracias
por dejarme tu presencia
mua
mua
y gracias por tu cuento
me dara dulces sueños
Li...
Hola amiga como estas??? espero que bien, con mucho cariño paso a saludarte y desearte un hermoso dia jueves con un pensamiento.
"Un verdadero amigo es alguien que
te conoce tal como eres, comprende
dónde has estado, te acompaña en tus logros
y tus fracasos, celebra tus
alegrías, comparte tu dolor
y jamás te juzga por tus errores."
Un fuerte abrazo de corazón y besitos del alma.
Con cariño
Nancy Nangel
hola anita!!!....casi casi me quedo sin lugar en tu casita....je.Gracias por tus comentarios de mi sobrinita....es mi solcito.....es mi alegria....mi vida....Espero que ests muy bien....el cuento esta genial...siempre me gusto...Muchos besos para vos.Que andes requetebien y cuidate mucho...BESOS!!!::::=)=)=)=)=)