A LAS MUJERES NO NOS GUSTAN LOS MALOTES

En el cine, el malo siempre suele ser el personaje que hace lo que quiere. Entre ficción y realidad, se trata de un prototipo de personaje que podemos extrapolar a la vida real: los chicos malos son generalmente vistos como el tipo de hombres que no tienen límites. De hecho, rompen las reglas y se comportan sin pensar en los demás. El malo no es el 'malote', este último podría ser el estereotipo estético del primero. De la calle a la política hay  una idea muy extendida: los malos siempre ganan. ¿Pero es verdad que siempre ganan los malos?

En la cultura popular, a menudo se describe a los chicos malos como más deseables para las mujeres, este es, en definitiva, el 'malote'. Mientras tanto, las mujeres “malas” son esa contrariedad que hay que detener, derivada de la bruja, la malvada, la mujer fatal que “vuelve” malo al hombre.  Los resultados del estudio son los esperados: para relaciones de largo plazo, las mujeres prefieren a los hombres de poco atractivo si se les describe como buenas personas.

(A. C. y V)

Es un hecho cierto, aunque para mí poco entendible, que a muchas mujeres les gusten los hombres llamados "malotes", quizá como un reflejo de muchos que se ven el cine tipo Rhett Butler y James Bond. El malote siempre parece más divertido, más seductor, más valioso pero, hay simplemente un hombre con miedo a comprometerse y que no cambiará por el amor de nadie. Y además, en mi modesta opinión, están en la línea de machos dominantes y protectores que aunque parezca algo propio del pasado sigue apeteciendo a muchas mujeres, incluso las que se llaman a sí mismas progres, ese macho alfa que está ahí, que va de duro por la vida. Pero, ojo, tampoco hay que confundir al malote con alguien malo, no es lo mismo. La maldad está presente en todo tipo de personas independientemente de cómo se comporte en sociedad y en pareja.

Lo más curioso es que, al revés, las mujeres malotas no suelen gozar de las preferencias de los hombres, que además son consideradas como una mala influencia para ellos. Cosas de la cultura de épocas pasadas.

No se trata de volver a verse a través de la reja, sino a tener bien claro lo que nos encontramos detrás. Es evidente que a mí no me gustan los malotes...

Besos.