¿AGUA FRÍA O CALIENTE?

SE dice que la ducha te da siempre lo que necesitas: por la mañana te despierta y te activa para afrontar el día. Por la noche te relaja y 'echa fuera' todo lo que nos ha podido estresar. Si dejamos de lado los beneficios creativos de la ducha, más ahora que se acerca el verano, surge otra de las grandes preguntas, no exentas de polémica muchas veces, que rodea a este acto de higiene diario: ¿es bueno ducharse con agua fría?

La temperatura del agua tiene que estar siempre a raya. No debe ser ni muy caliente ni helada. Lo ideal es tibia, porque la caliente en exceso deteriora la barrera cutánea. Y, ahora que el calor se acerca peligrosamente y promete no abandonarnos en meses, con lo que una ducha fría se aparece como una idea la mar de tentadora, ¿el agua fresquita es recomendable para la piel?Las consecuencia directa del agua fría sobre la piel es que induce una vasoconstricción de los vasos dérmicos (que se cierran), lo que puede tener ciertos aspectos positivos. La temperatura fría es un estímulo físico que hay que manejar con cuidado, porque puede actuar como irritante, por otra parte, a nivel muscular, las propiedades regenerativas del agua fría consiguen reparar, provocando un efecto de relajación inmediato.Y el contraste entre el agua fría y el agua caliente nos ayuda a recuperar el músculo y a mejorar la curación de lesiones. Y ahí entran las las conocidas "duchas de contraste, que comienzan con agua caliente (con función relax) y finalizan con agua fría, que nos mantienen despiertos y activos".

(Marta Sotillo)

Cada vez hay más personas partidarias de la ducha en detrimento del baño. O por cuestión de tiempo, ya que una ducha es siempre más rápida, o por cuestión de ahorro de agua, ya que no están las reservas acuíferas para tal despilfarro. La cantidad de litros de agua que caben en una bañera y que acaban yéndose enseguida por el sumidero es algo para pensarlo. Y eso sin hablar de la energía que se gasta en calentarla. Reconozco que la sensación de meterte en una bañera calentita en invierno no tiene precio pero, eso sí, de manera esporádica.

Con la ducha se plantea también una duda acerca si es mejor fría que caliente. Hay quien lo hace siempre con agua fría porque tiene sus ventajas ya que estimula la circulación y espabila que no veas, otros la prefieren calentita, dependiendo de la época del año en que estemos. Pero cada vez se impone más lo que se llama ducha de contrastes, alternando ambas temperaturas. Esto se hace mucho en los Spa y en balnearios. En fin, para todos los gustos. El chorro de la fuente de esta foto seguro que era de agua fría, pero al estar en Córdoba, al sol, no digo yo que no fuera tibia...

Besos.