ÁRBOLES EN PRIMAVERA

Hoy he visto en tus ramas la primera 
hoja verde, mojada de rocío, 
como un regalo de la primavera, 
buen árbol del estío.

Y en esa verde punta 
que está brotando en ti de no sé dónde, 
hay algo que en silencio me pregunta 
o silenciosamente me responde.

Sí, buen árbol; ya he visto como truecas 
el fango en flor, y sé lo que me dices; 
ya sé que con tus propias hojas secas 
se han nutrido de nuevo tus raíces.

Y así también un día, 
este amor que murió calladamente, 
renacerá de mi melancolía 
en otro amor, igual y diferente.

No; tu augurio risueño, 
tu instinto vegetal no se equivoca: 
Soñaré en otra almohada el mismo sueño, 
y daré el mismo beso en otra boca.

Y, en cordial semejanza, 
buen árbol, quizá pronto te recuerde, 
cuando brote en mi vida una esperanza 
que se parezca un poco a tu hoja verde.

(José Ángel Buesa)

Hay árboles que en invierno pierden sus hojas y dejan sus ramas secas, desnudas y tristes, y que en primavera renacen, como el amor del que nos habla el poeta, dejando atrás la melancolía y abriéndose risueño a una nueva ilusión, a un augurio esperanzador. Todo un regalo de la primavera.

Pero hay otros que, aunque no pierdan las hojas, su renacer primaveral es exuberante a más no poder, porque se llenan de colores vivos, blancos, rosas o rojos como es el caso de estos tan hermosos que nos dejan extasiados por delante del edificio de la Universidad sevillana, que se sitúa en la antigua fábrica de tabacos. Nada que ver con el paisaje urbano castellano.

Aquí lo podemos ver más de cerca. Además el contraste entre unos colores y otros hacen la estampa más atractiva si cabe.

Ya no es solo verde, del color de la esperanza, sino una realidad florecida.

Besos.