¿Estás muy nervioso, tienes mucho miedo o malestar intenso aunque no haya nada que temer y ha ocurrido así, sin ningún motivo? Es posible que estés sufriendo un ataque de pánico. Es tentador presionarte a ti mismo e ignorar cualquier pensamiento negativo. El sistema nervioso de algunas personas activa señales de alarma en momentos inapropiados. Estas sienten las mismas sensaciones físicas y emocionales que si experimentaran que sus vidas estuvieran realmente amenazadas. Los ataques pueden provenir de la nada, en lugares donde no existe el más mínimo peligro real. A pesar de que, habitualmente, duran sólo unos pocos minutos, las crisis de pánico hacen que estas personas se sientan como si fueran a tener un ataque al corazón, desmayarse, o volverse locas.
Si crees que experimentas uno, debes cambiar el foco de atención. Piensa en otra cosa, cambia de conversación y ponte a trabajar en algo. Realiza una actividad que permita no darle importancia a los síntomas que estás sintiendo.
(E. López)
Es cierto, pero es fácil decirlo y no tanto hacerlo. No todo se arregla con respirar hondo y beber agua. Conozco personas que lo han experimentado y es algo espantoso porque se llegan a confundir síntomas y pensar que se está teniendo un infarto o similar. Quizá todo pase por aprender a relajarse, con terapias tipo yoga o meditaciones orientales y sobre todo a relativizar las cosas. Aunque no es lo mismo, es algo similar a lo que ocurre cuando se tiene miedo de algo, la reacción del cuerpo es poner el corazón a mil y tener sensación de mareo porque la sangre no se oxigena lo suficiente.
Curiosamente este trastorno es dos veces más común en las mujeres que en los hombres. Los síntomas por lo general comienzan antes de los 25 años de edad, pero pueden ocurrir hacia los 35 años.
Y como los motivos que hacen surgir esto no son nunca lógicos porque ocurre a personas a las que les sonríe la vida, procuremos agradecer lo que tenemos y disfrutarlo a tope. Que nunca se sabe. Nadie dijo que el camino fuera fácil, pero al final siempre se sale del callejón y si miramos lo bonito que es a ambos lados, ya tenemos una parte ganada.
Besos.
Debe ser terrible experimentar esa sensación, sabiendo racionalmente que no hay motivo para ello, pero sintiendo emocionalmente todo lo contrario. Y quizá la culpa (o, al menos, una parte de ella) la tenga el mundo en que vivimos, que nos hace desconfiados y temerosos de sufrir en cualquier momento algo malo y sin justificación. Recurriremos al yoga, que siempre aporta mucho, más de lo que creemos.
Buenas noches .
Pues veo que no ha quedado el mensaje que te he dejado hace nada ...igual no le dó a guardar ...
Te decia que los ataques de pánico tienen que ser terribles o de angustia , que no es lo mismo pero vaya ...tremendos tambien .
Yo hace muchos años pase una temporada muy mala con medio ataques de pánico ...digo medio pues era algo del oido pero me hacia marearme totalmente al salir a la calle , parecia como si el mundo me viniera encima, como si la tierra me tragaba , no podis respirar,no podia andar y me tenia que volver a casa . No podia estar en espacios abiertos muy grandes.
No eran de panico , pero te aseguro que pánico si pasé...
La respiración en estos casos es primordial , pero claro...es dificil...
Seguimos esperando a Pol..
Besos.
A mi me dan panico las serpientes y las avispas/abejas y todos los bichos raros en general
saluds
Pues mira, yo misma sufrí un ataque de pánico en plena Semana Santa coriana... fue bastante breve pero fueron unos segundos de angustia total, ya te lo puedo yo asegurar.
¿Y dicen que los motivos que los hacen aparecer no son nada lógicos? Bueno, en mi caso mucha lógica no tenía pero sí que fue provocado por algo.
De pronto me vi el paso del cristo venir hacia a mí en una calle que era (y sigue siendo) estrechísima. Y de repente no sé por qué me entró un sudor frío horroroso y me quedé como petrificada. Y mira que la solución era fácil, simplemente tenía que seguir andando hacia adelante en la misma dirección que el paso, porque evidentemente el paso ocupaba casi toda la poca anchura que tenía la calle, así que tenía que ser así por cojones. Pues ya ves, solución facilísima pero que a mí se me hizo un mundo en unos segundos. Desde entonces no he vuelto a ir a esa esquina a ver ninguna procesión jajaja Lección aprendida.
Aunque ahora que lo pienso, más que un ataque de pánico quizás fue un ataque de claustrofobia. No lo sé, la cuestión es que fue muy angustioso y me imagino que los síntomas y el malestar tanto de una cosa como de la otra serán semejantes.
angela.69Hoy a las 11:41
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