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Aunque nos cueste admitirlo, las relaciones de pareja suponen para muchas personas un auténtico quebradero de cabeza y, a pesar de que hay muchos tipos de vínculos amorosos, lo que parece ser un denominador común es que todos deseamos amar y ser correspondidos pero olvidamos que también debemos amarnos y correspondernos a nosotros mismos. Nos dan miedo las rupturas, las despedidas, las pérdidas, pero sin ellas nos perderíamos grandes aprendizajes de la vida. Más que no saber amar lo que sucede es que no pensamos cómo queremos amar, no lo vemos como algo propio, meditado y reflexionado. Todos creemos que sabemos amar pero lo que casi todas las personas hacen es adoptar un modelo de amor o de relación que ni siquiera se ha cuestionado.
El consumismo en el amor se explica por el desarrollo de la tecnología que permite compras, servicios o contactos express y que hace que prefiramos adquirir cosas nuevas en lugar de reparar lo que se nos ha roto o lo que no funciona. Esto nos hace creer, por un lado, que tenemos a nuestro alcance una infinidad de posibilidades para conocer gente o incluso conocer a alguien mejor, aunque esto sea en realidad una sensación falsa. Este consumismo nos lleva a querer tener todo ya, casi en el mismo día en el que «hacemos el pedido» lo que, si se traslada al ámbito de las relaciones, se traduce en un modelo relacional bastante frágil. Sí que deberíamos elegir conscientemente a quién queremos como pareja y a quién no, pero lo que no elegimos es de quién nos enamoramos. El enamoramiento es un proceso del subconsciente. Dicen que hace falta apenas siete segundos para establecer una conexión emocional y energética con esa persona. Por tanto, no puedes elegir de quién te enamoras, pero sí que puedes elegir y debes elegir con quién quieres establecer un compromiso.
(Jordi Panyella)
Están de moda los entrenadores emocionales o empleando el anglicismo, los "coach", aquellos que nos enseñan a controlar las emociones y a reflexionar sobre las relaciones y nuestra conducta. Respeto absolutameente esta actividad aunque pienso que hay cosas para las que el único entrenamiento son los sentimientos y las experiencias personales. Panyella ha escrito un estudio sobre el amor que se titula "No me quieras tanto y ámame mejor" en el que aborda la diferencia que hay entre estos dos verbos, sobre todo en español, ya que en otro idiomas es el mismo (aimer, love). Amar es sentir amor por algo o alguien. Se utiliza en vínculos muy cercanos: padres e hijos, mejores amigos y parejas, en donde su uso es más popular. Querer es desear, sentir la necesidad de tener a algo o a alguien, o en su defecto algún aspecto de ella: su atención, su tiempo, su amor, etc.
La diferencia es clara, más que querer intensamente hay que amar y de la mejor manera posible. No lo pudo decir más claro y mejor El Principito:
“—Te amo —le dijo el Principito.
—Yo también te quiero —respondió la rosa.
—Pero no es lo mismo —respondió él, y luego continuó— Querer es tomar posesión de algo, de alguien. Es buscar en los demás eso que llena las expectativas personales de afecto, de compañía. Querer es hacer nuestro lo que no nos pertenece, es adueñarnos o desear algo para completarnos, porque en algún punto nos reconocemos carentes.“
Pensemos en ello como parece hacerlo la escultura de Unamuno, de Pablo Serrano, frente ala casa en la que murió.
Besos.
https://www.youtube.com/watch?v=Kf3dwZW39Hs
Bona nit .
Pues yo que quieres que te diga ,estoy contigo en lo que dices , habrá entrenadores y lo que quieras pero " hay cosas para las que el único entrenamiento son los sentimientos y las experiencias personales "
Pues claro.
La noticia que te he comentado me ha dejado un poco "fuera de juego", veremos mañana que se cuece.
Buenas noches .
Un beso.
Claro que no es lo mismo querer que amar. Aparte de un grado distinto de intensidad, querer invita a recibir más que a dar, como si se tratase de una posesión (uno puede querer así su colección de sellos, de obras de arte...). En cambio, amar implica una reciprocidad tan grande que puede mucho más el sentimiento de entrega al otro. Pero claro, si cualquiera de nosotros le dice hoy a su pareja "te amo", parece una cursilería, seguro.
Esto de las relaciones de pareja es cada vez más complejo. Quizás hoy el problema es el compromiso para tener una relación continuada, una relación con vocación de permanencia. ¿Estamos en este siglo XXI preparados para ese tipo de relaciones?. Equilibrio, comunicación, madurez ... son premisas a trabajar por esos profesionales de la inteligencia emocional.
Besos
Paso un poco rapido a saludar
Espero que todo bien
Joaki-007Hace una hora
eliocroca2Ayer a las 22:07
AMeigaAyer a las 16:49
angela.69Ayer a las 11:56
corremundos09/12/2024